La expresión plástica es una combinación de diferentes técnicas con una serie de materiales manipulables, la cual puede ser apreciada mediante los sentidos de la vista o el tacto. Se trata de una forma comunicativa que se expresa a través de elementos plásticos como el dibujo, el volumen o la forma, lo cual favorece la creatividad, el desarrollo integral, la percepción o la autoestima de los que la ejercen.
Esta práctica puede realizarse tanto dentro como fuera del aula, pero que es especialmente recomendada para que las escuelas la incorporen debido a sus múltiples beneficios, a saber:
- Favorece el desarrollo de la creatividad y la imaginación de quien la ejerce.
- Promueve la comunicación con los demás, ya que facilita la expresión personal de quien la ejercita y, gracias a su plasmación física y tangible, puede ser recibida por otras personas.
- Supone una interpretación de la realidad en la que se encuentra quien la ejercita, fortaleciendo el desarrollo cognitivo de esa persona y, si adquiere algo de distancia respecto a aquello que plasma plásticamente, también su sentido crítico.
Dada la relación que la expresión plástica guarda con el desarrollo cognitivo y psicomotriz de los que la ejercitan, el alcance de estos beneficios varía en intensidad a lo largo de la vida. Pero el mayor desarrollo se da durante los periodos comprendidos en la educación infantil y primaria, ya que ayuda a los niños y niñas a observar e interpretar su entorno, mejorar su expresividad, conocer su propio cuerpo, relacionarse con aquellos que le rodean o, incluso, ganar en autonomía, según consignó Aula Planeta.
Cómo implementarla en el aula:
- El docente es aquí un observador, y no debe coartar la creatividad del niño. Lo contrario podría poner límites a una capacidad expresiva, la de los niños y niñas a su cargo, que aún se encuentra en construcción.
- Por el mismo motivo, juzgar los resultados finales de la expresión plástica puede desmotivar a los alumnos, por lo que la actitud del profesorado debe ser la de halagar el esfuerzo y, si fuese necesario, reconducir de forma inadvertida lo que se considere inadecuado por motivos de edad y correspondiente desarrollo cognitivo.
- En el caso de que el ejercicio sea dirigido por el profesorado, con la intención de reforzar una o más habilidades del alumnado, las instrucciones que se den deben ser claras y sencillas, con el objetivo de que los niños sepan lo que se espera de ellos.
- Para evitar que estos ejercicios sean vistos como una obligación, se recomienda que el límite a la duración de los mismos sea el final de la clase en la que se lleve a cabo esta expresión plástica. Una forma de conseguirlo, y de poder combinarlo con otras actividades en el aula, es la de reservar el tramo final de la clase en cuestión para tal actividad.
- En lo posible, resulta muy recomendable que se expongan estas actividades en el aula o la escuela en general, ya que completa el ciclo comunicativo iniciado con la expresión plástica llevada a cabo con los alumnos, alimenta el gusto estético y su sentido crítico y, además, fortalece su autoestima.