El Parque Nacional Iguazú experimentó este fin de semana una peligrosa crecida. De todas formas, los visitantes del lado argentino no vieron afectado su paseo por las Cataratas, pese a que el registro del aumento del agua llegó a niveles preocupantes. El caudal se mantuvo en un registro estándar por lo que el cierre de la atracción no sucedió.

Según información brindada en conferencia de prensa por la administración del parque, el caudal del agua se ubicó en 43 mil metros cúbicos por segundo. La cifra regular ha sido determinada alrededor de los 1.500 metros. La crecida se debe a que, desde el fin de semana pasado, el río Iguazúcomenzó a aumentar la corriente rápidamente.

Sin embargo, registros tomados del lado brasileño muestran el impresionante caudal que acumuló el parque.

En 2014 el río Iguazú registró una de las crecidas más relevantes en su historia debido a las precipitaciones que en aquel momento también azotaban Brasil. Esa situación obligó a que todas las pasarelas en las Cataratas fueran clausuradas, por lo que la empresa que maneja el parque decidió no cobrarles el ingreso a los turistas.

El caudal en aquel año año aumentó a 46.300 metros cúbicos por segundo, equivalente a 33 veces a la corriente normal del río. Otra importante crecida ocurrió en el 2005, cuando la cifra llegó a los 36.000 metros cúbicos por segundo. En aquel momento ambos lados de las Cataratas de Brasil y Argentina debieron cerrar el paso a sus atracciones naturales.

En la crecida del 2005 la fuerza del agua provocó el desprendimiento de muchos tramos metálicos de la pasarela que conduce a Garganta del Diablo, la más imponente de los 275 saltos, por lo que se generó el cierre del paso. Incluso, en 2013 una creciente mucho menor provocó el arrastre de 28 de los 99 tramos de esta estructura.