“Maxi Pullaro es un sentimiento. El radicalismo ve en él sus antiguos valores. Eso es la Pullareta”.

Faltaban 15 minutos para las 21 cuando decenas de militantes radicales subieron por las escaleras mecánicas del Centro de Convenciones de Puerto Norte, donde Unidos para cambiar Santa Fe dispuso su centro de cómputos este domingo a la noche en Rosario. Con pancartas, bombos y trompetas, fotos de Raúl Alfonsín en alto y vistosas boinas blancas en sus cabezas, irrumpieron en el predio donde, hasta entonces, la excitación por una victoria ya cantada en todas las categorías desde las mesas testigo, se mantenía apretada todavía, a punto de ebullir.

La “Pullareta” vino a abrir las compuertas de un inmenso torrente de júbilo, con cantitos y aplausos, algunos bailes y muchos abrazos. Los radicales coparon el predio con banderas rojas y blancas que agitaban al son de “Boronbombom Maxi Pullaro Gobernadoro el clásico “Volveremos como en el 83’”. También hubo interpretaciones de temas musicales de consumo masivo, una forma de festejar lo que ya se sabía hace rato: Pullaro arrasaba en las urnas a lo largo de toda la bota y había que cantarlo.

Los radicales de fiesta.

“Maxi te amo”. Con una boina blanca coronando una cabellera rubia y lacia, una “pullareta” besó a Pullaro fotografiado y multiplicado en todos los rincones del centro de convenciones. Se dejó llevar por las emociones, saltándose los modos más cuidados y medidos que caracterizan a los “radichetas”. Y no fue la única, la mayoría estaba exultante, al borde del llanto y con ganas de mostrarse como los que bancaron a su líder desde siempre.

Sin querer queriendo hicieron su muestra de “locales”, plantaron los trapos y sacudieron boinas al cielo de Ricardo Alfonsín, a quien lo llevaron en cuadros y pancartas. “Esperamos 60 años esto, imagínese la alegría”, dijo con ojos vidriosos Oscar de 71 años, de pelo blanco, a tono con el sombrero. Para las 21 ya estaban instalados y el clima de festejo iba en ascenso. Poco faltaba para que el escenario se llenara de ganadores.

Un mini "boina blanca" espera a Pullaro de cara al escenario.

Suspiros

La espera de los resultados comenzó cerca de las 19, oficialmente. Puerto Norte se iba llenando de periodistas de todo el país y se cruzaban acá y allá, dirigentes de los 14 partidos que conformaron la coalición política Unidos para cambiar Santa Fe, tanto los cercanos a la fórmula de la gobernación (Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia), como a la del intendente Pablo Javkin, concejales, diputados y senador. También estaban ya en el lugar algunos funcionarios y candidatos, por ejemplo, Mariu Schmuck, cabeza de lista al Palacio Vasallo. La pantalla gigante estaba encendida, el escenario listo, el catering de sándwiches de miga y budines a disposición.

De fondo, el Paraná reflejando las lucecitas del puente Rosario-Victoria, movidas por una brisa húmeda que comenzó a soplar con ganas de lluvia. La imagen viva de la metáfora que usó en su campaña el intendente Pablo Javkin: ese viento de cambio a su favor que implica que Nación, Provincia y Municipalidad estén gobernados por los mismos colores políticos o, mejor dicho, por la misma unión de colores políticos.

Poco a poco, se iban revelando aires de renovación a nivel provincial, pero en el ámbito local, la contienda, era punto por punto. Antes de las 20, Joaquín Blanco, Jorge Corral, Dionisio Scarpin y Jimena Solá anunciaron: “Hemos vencido al gobierno”, y exhibieron un 33 por ciento de votos para la candidata a diputada Clara García.

Alan Monzón/Rosario3

En cambio, el viento a favor tardaba en soplar para Javkin. “Pullaro gana por choreo y si Pablo gana por 5 puntos me baño con champagne”. Un colaborador cercano al intendente llevaba voto a voto la performance del líder de Creo y la de su contrincante, Juan Monteverde, y trataba de combatir con humor el nerviosismo imperante.

La victoria de Javkin fue bebida a sorbos. La pequeña diferencia de votos con el referente de Ciudad Futura se palpitó en cada mesa testigo cuyo resultado llegaba a Puerto Norte, arrancando suspiros y más suspiros. La tensión era casi insostenible y algunos se tragaban la palabra derrota, pero se la podía leer en sus miradas cansinas.

El estrés se descomprimió como un globo al que se le libera de a poco el aire. Minutos antes de las 20, Schmuck y el jefe de campaña Sebastián Chale tenían buenas noticias. “Ya está, ganamos”, soltó la concejala con los ojos brillantes. Según explicó, sus 102 mesas testigo arrojaban 6 puntos de distancia con Monteverde mientras que los socialistas precisaban que eran 3 puntos. A esa hora, las precisiones no eran necesarias y ambos convocaron a los medios de comunicación presentes para anunciar que Unidos iba ganando en Rosario.

Alan Monzón/Rosario3

Ya había caído la noche sobre la ciudad. El centro de convenciones estaba colmado, había arribado Horacio Rodríguez Larreta junto a Gisela Scaglia, quienes dieron algunas breves declaraciones con sonrisas a la prensa. Más tarde, se sumó Carolina Losada, también requerida por las cámaras. A las 20.20 sonaba “Llueve sobre mojado” a todo volumen, pero ninguna lágrima caía, esta vez, en el fondo del río sino más bien, todo lo contrario: un clima de celebración absoluta se apoderaba de todos los rincones.

La Pullereta subió la apuesta y despabiló a todos, quebrando el hielo de forma contundente. A puro grito dejaron inaugurada la fiesta: la alegría era radicheta y de todos los que se habían unido para dar un gran cambio en Santa Fe. A las 21, en Wikipedia, Pullaro ya figuraba como gobernador electo.

Aunque no se lo vio entrar, el gran ganador hacía un buen rato que estaba en el predio, junto a la candidata a presidenta, Patricia Bullrich. De esa previa, trascendieron algunas fotos.

El escenario de los ganadores

A partir de las 21.15, se sucedieron los ganadores en el escenario. Pablo Javkin apareció rodeado de sus dos hijos, junto a Schmuck y Chale, para confirmar que con el 51 por ciento, se convertía en el nuevo y reelegido intendente de Rosario, una tradición política que no rompió, a escasos 3 puntos de su adversario, Juan Monteverde. También, pusieron en blanco la victoria de la lista a concejales, con la posible incorporación de 7 bancas en principio.

A continuación, habló el electo senador provincial, Ciro Seisas, quien expresó “orgullo” y “gratitud”. Después, fue el turno de Mariu Schmuck y le siguió Pablo Javkin, quien, finalmente, se dio el gusto de anunciar “buenos vientos” y determinar “un triunfo histórico”. Cuando terminó, los periodistas lo rodearon para hacerle más preguntas, instancia en la que llamó la atención el acercamiento silencioso de José Luis Espert, diputado nacional y candidato de Juntos por el Cambio, quien logró quedar en cuadro de todas las cámaras.

El broche final se inició a las 21.37 con un escenario cargado de figuras, las más esperadas, Maxi Pullaro y Patricia Bullrich. Tras correr por unos segundos una versión de “Color Esperanza”, apareció el “hombre del millón de votos”, a quien la militancia ovacionaba al grito: “Maxi, Maxi, Maxi, huevos, huevos, huevos”. A pesar de su limitada expresividad, el legislador evidenció una profunda emoción, tanto al momento de hablar como de abrazar a sus compañeros y compañeras de camino. Pero, quien sin dudas, le puso corazón al momento fue el senador Felipe Michlig, actual presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) de Santa Fe, quien bramó: “Hace 60 años que esperamos esta oportunidad”.

Alan Monzón/Rosario3

Patricia Bullrich, por su parte, no disimuló que esta victoria provincial es agua para su molino. Habló de “ola de Santa Fe”, y deseó que esa agua salpique a Chaco, Mendoza, Buenos Aires y “a todo el país”. Tras asegurar que el “kirchernerismo está enterrado”, consideró que el país está ante la oportunidad de “cambiar para siempre”. Y, concluyó: “Vamos a gobernar de la mano”, dijo haciendo el gesto, literalmente.

La “Pullereta” tocaba furiosa el redoblante, a puro cotillón electoral. “Estamos felices, queremos un cambio, que mis hijos y mis nietos tengan una vida mejor, que puedan salir a la calle tranquilos”, respondió una mujer de Villa Gobernador Gálvez a la pregunta sobre el batacazo del diputado nacido en Hughes. Quizás esté ahí el sentido del voto que tanto se busca por estos días y que parece escaparse de análisis y encuestas. La gente se anima a seguir soñando, aunque sea cada cuatro años.

Alan Monzón/Rosario3