La selección argentina sub 20 jugó su mejor partido en el Mundial, goleó 5 a 0 a Nueva Zelanda y se clasificó a octavos de final como líder de su grupo. Maestro Puch, Infantino, Romero, Aguirre y Véliz anotaron los tantos del equipo de Mascherano.

Argentina fue dominador del partido de principio a fin. La primera clara llegó pasados los 7’ cuando Brian Aguirre desbordó por izquierda y metió un centro que por poco no conectó Maestro Puch. Fue un aviso. Un ratito más tarde fue Luka Romero el que tuvo una clara con una volea que se fue alta. El dominio era arrasador y llegó lo que se veía venir: a los 14’ Aguirre llegó al fondo otra vez por la izquierda y metió el centro perfecto para la cabeza de Maestro Puch que abrió la cuenta y antes de que Nueva Zelanda se recuperara, otro representante del fútbol local frotó la lámpara: Gino Infantino recibió de Romero, se infiltró en el área y con un remate fuerte abajo puso el 2 a 0. Iban apenas 16’ y los de Mascherano ya habían sacado una ventaja tranquilizadora.

La superioridad albiceleste era enorme  y se notaba en cada rincón de la cancha y si en esa primera media hora la diferencia no fue mayor fue porque se fallaba en la puntada final o por las grandes intervenciones de Sims, el arquero maorí que tapó varias pelotas bravas, incluyendo un gran remate de Aguirre del borde del área. Pero faltaba lo mejor de la etapa: sobre los 34’ Luka Romero tomó el balón en su propio campo, a pura habilidad se sacó un par de rivales de encima, recorrió varios metros y ensayó un tremendo zurdazo de fuera del área que se coló en el ángulo. El mejor gol del Mundial. Argentina se floreaba y el estadio era una fiesta.

En el complemento las cosas siguieron igual al punto que en antes de los 3’ llegó el cuarto tanto. El VAR le avisó al juez de un penal por una mano en el área y Aguirre lo cambió por gol: muy merecido para el pibe de Newell’s que era figura.

Y faltaba la frutilla del postre: Perrone metió un centro preciso al corazón del área y Alejo Véliz que había ingresado minutos antes, estampó de cabeza el 5º y último. Fiesta completa para Argentina. Pese a la rotación que decidió Mascherano, el equipo mostró su mejor cara, hilvanó su tercera victoria al hilo y consiguió el boleto a los ocatvos de final como líder de grupo. Mejor, imposible. Ahora se viene lo más complicado y exigente: los cruces de eliminación directa.