La imagen no es de archivo lejano, sino recortada de hace algunas semanas de las redes personales o laborales del gobernador. Fin de semana, ropa deportiva y una bolsa de entrenamiento de box. Exponer su pasión por el deporte que practicó en su juventud durante sus jornadas dominicales es una interesante declaración personal. Pullaro siempre se movió como un púgil dispuesto a pagar el costo de sus contiendas: moretones, magullones y heridas propias o ajenas. Sabiendo que la política es ese ring donde se reciben o dan golpes. A veces hasta el nocaut.
La toma del poder, un ejercicio que el gobernador está a dispuesto a dar en cada rincón de su gestión. Mano pesada y el bailoteo del púgil que sabe que está sobre un escenario donde no siempre habrá sonrisas sino movimientos de ida y vuelta para recibir y dar esos golpes.
Miguel Lifschitz, su ex jefe y uno de sus mentores, le aconsejaba a Pullaro no dar las batallas todas juntas, sino de a una. En esa no le hace caso. El gobernador en nueve meses de gestión (los cumple el miércoles próximo) quiso darlas desde el arranque casi todas juntas.
Las reformas impositivas, el aumento de ingresos brutos al sistema financiero y los casinos fue el primer golpe lanzado a las tradiciones intocables de la provincia.
La búsqueda de nuevos integrantes para la conformación de una Corte y agitar las reformas es meter el dedo en la llaga que más le duele a esa misma tradición: disputarle el poder en el ring de la política al mismísimo Poder.
Sun Tzu fue un general militar, estratega y filósofo que vivió durante la dinastía Zhou de la antigua China alrededor del año 500 a.c. Su arte de la guerra es leído y reversionado por el lugar común de la estrategia para enfrentar conflictos. Su manual profundiza técnicas de las batallas cotidianas para resolver los conflictos: una gran metáfora que muchos alientan a leer. Entre otras definiciones:
“La planificación, el cálculo y la comparación de los ejércitos logran la victoria”. “Protéjanse de la derrota y esperen una oportunidad para la victoria”. “La guerra solo es exitosa si los soberanos y los generales no provocan su propia derrota”. “Conserven sus recursos mediante estratagemas, búsqueda de alimentos y espionaje”. “Para combatir exitosamente, dirijan a sus tropas con firmeza, manténganlas en la incertidumbre y hagan que luchen hasta la muerte”.
La agenda del gobernador está sobre la mesa: otra frase de Lifschitz (“en boca cerrada no entran moscas”) fue readaptada por la gestión. Esta mañana el propio Pullaro publicitó una jornada (domingo) donde sus actividades arrancaron a las 7.30 para extenderse durante todo el día. El funcionario no descansa y, según cuentan sus colaborares, tiene muy en claro qué hacer. Decidido, arriesgado o prudente sus pasos se mueven rápidos esperando el espacio para el próximo golpe.
La reunión de esta mañana con cuatro integrantes de la Corte de Justicia (Rafael Gutiérrez, Roberto Falistocco, Eduardo Spuler y María Angélica Gastaldi, con las ausencias de Daniel Erbetta o Mario Netri) fue a pedido de la propia institución judicial. Pullaro los citó en un horario no habitual en un día menos habitual y esto había sido leído como una nueva provocación política. El gobernador propone a los nuevos tiempos, nuevos jugadores. El inicio de tiempos políticos donde el recambio de los funcionarios más experimentados de la Corte se retire para darle su lugar a “las nuevas generaciones”. No solo por la brisa nueva de esos nuevos tiempos sino para el respeto del marco de la ley.
La agenda de la justicia fue ponerle sobre la mesa temas que solo con más presupuesto se lograrían resolver: los atrasos de nueve meses de frialdad y distancia. Urgencias administrativas sin tocar el meollo de las sensibilidades del retiro.
El funcionamiento judicial, piensa Pullaro, compite con decisiones que la política somete a debate con la población cada cuatro años. Su gobierno ganó elecciones prometiendo acciones que para ejecutarse necesitan una mirada (dentro de la ley) con ese lineamiento. Esa lógica coincidente reclama cambios dentro del Poder Judicial.
El gobernador y sus adversarios ponen sobre la mesa las tensiones. Alimentar el fuego es un riesgo que muchos están dispuestos a pagar en caso de que el incendio sea mayor
Para algunos integrantes de la Corte el cara a cara con Pullaro fue constructivo. Mirar a los ojos para plantear el disenso o transitar las tensiones del desacuerdo. Conocer de primera mano la mirada y el plan del Gobierno para ordenar un sistema que hace mucho tiempo funciona con insuficiencias. Vacantes esperando meses ser ocupadas, concursos manoseados por los intereses, re diagramar con nuevas leyes las funciones de la justicia.
Y aún más con una caja en crisis. La reunión de hoy sentó (además de los ministros de la Corte) a tres ministros de Pullaro: Pablo Cococcioni, Fabian Bastía y Pablo Olivares. El de los números y la economía de Santa Fe destina la mitad del presupuesto en Santa Fe que el que tiene Córdoba para su funcionamiento. Y ese dato fue puesto a disposición de la reunión. Según los ministros de la corte, Córdoba destina 315 mil millones de pesos para el funcionamiento judicial y Santa Fe 165 mil millones de presupuesto anual. Los integrantes de la Corte coincidieron con el diagnóstico del Gobierno. Hoy en Santa Fe, la justicia es una cuenta pendiente. Lenta, cara e ineficiente.
Entre los palazos del disenso y la disputa, el gobernador y sus adversarios ponen sobre la mesa las tensiones. Alimentar el fuego es un riesgo que muchos están dispuestos a pagar en caso de que el incendio sea mayor.
Algunos fingen demencia, avisa un miembro del gabinete de Santa Fe. Miran para el costado cuando se le plantea con claridad el respeto a la ley. “Ningún ciudadano está por encima de la ley, nadie debería tener coronita”, insisten.
Con el presupuesto agotado (la justicia se está quedando sin fondos) los integrantes de la Corte también fueron con un diagnóstico preciso en números. Algo que deberá continuar mañana. En el cierre de la reunión se comprometieron en entregar un informe sobre ese desajuste presupuestario el mismo lunes.
Para el gobierno, en tiempos de ajustes, la Justicia gasta recursos que hoy no existen. “Le dimos un baño de realismo. La caja es finita. La política reduce cargos y ellos quieren recursos para ascensos y nombramientos”, explicó un funcionario.
El gobernador de Santa Fe cuando asumió en diciembre tenía en claro quienes podían ser sus aliados, pero sobre todo sus rivales. El mensaje de esta mañana es muy duro y claro para las corporaciones del poder. “Hay vientos de cambio y todos nos tenemos que adaptar. Ese es el mensaje para todos y sobre todo nadie está sobre la ley”, explican desde el Gobierno.
Pullaro después de casi dos horas, se sacó los guantes de box y emprendió otro compromiso de su agenda. No siempre ganará sus peleas, pero está claro que, después de entrenar mucho tiempo para estar sobre el ring de la política, es algo que parece disfrutar.