Ante la baja en el número de homicidios y en hechos de inseguridad, el intendente Pablo Javkin pidió que “nada ni nadie se relaje” a la hora de enfrentar el delito. Mostró prudencia ya que en una ciudad como Rosario “no es posible cero delito o cero homicidio”. “El tratamiento ya no es de terapia intensiva sino de atender la enfermedad de fondo” parafraseó y en ese sentido destacó las medidas que se tomaron desde los diferentes niveles del Estado. En ese sentido, fue muy crítico con las anteriores gestiones en Seguridad, tanto nacional como provincial.
Con respecto a su gestión anticipó que va a licitar la nueva concesión para la recolección de residuos cuando existan condiciones económicas para endeudarse en dólares, insistió con que es necesario subsidiar a la demanda para el transporte de pasajeros y distribuir geográficamente el impuesto a los combustibles líquidos, cree necesario ser “cuidadosos” en torno a la paritaria municipal ya que “los números son “complicados”, y adelantó que se va a celebrar el tricentenario de la ciudad en 2025, entre otros temas.
Javkin se mostró alineado con el gobernador Maximiliano Pullaro en cuanto a las reformas previsional y de la Constitución provincial, como así también de cara a los comicios legislativos del próximo año en el que al menos el socialismo irá a internas con listas propias. También le solicitó al presidente Javier Milei que salga de Buenos Aires y tome la agenda de las provincias.
El intendente recibió a Rosario3 en su despacho. La entrevista.
–Hicieron público el dato que no hubo homicidios durante el último mes en Rosario, ¿se traduce en un movimiento distinto en la ciudad?
–Durante muchos años la ciudad sufrió un trato injusto sobre una realidad que existía. A la política le costó resolver eso. De Rosario sólo se mostraba la peor cara, pero tenía otra cosa. Después de la pandemia, tomé la decisión de que había que exponer el tema cómo es y que tiene soluciones y esas soluciones tienen responsables directos. Hoy, cuando las responsabilidades directas están ejercidas correctamente, los resultados son otros. Es una regla que hay que entender. Lo de marzo pasado fue la peor amenaza que tuvo la ciudad, pusimos el tema sobre la mesa, se mostró firmeza y generamos soluciones que ahora nos permiten mostrar cosas que Rosario siempre tuvo pero que no se veían ni se podían mostrar producto de la situación en la que estábamos.
–Cayó el número de homicidios pero sigue habiendo hechos de inseguridad y muy graves.
–Todos los datos de delitos están a la baja en comparación a tiempo atrás. Somos una ciudad grande en un contexto difícil, no vamos a tener comodidad en la lucha contra el delito. No se puede relajar nada ni nadie, el problema tendrá altibajos en el tiempo. Está claro que el panorama iba a ser otro si de 21 patrulleros pasas a 260 o si terminas con el home office de los líderes de las cárceles que eran el principal responsable del 80 por ciento de los homicidios. El 90 por ciento de los hechos ocurría sobre el 13 por ciento del territorio y si trabajás en esas zonas de manera coordinada entre las fuerzas, hacés trabajo social, das herramientas laborales, sumás más centros Cuidar, todo esto tiene impacto. Esto es un trabajo progresivo, el tratamiento ya no es de terapia intensiva sino que ahora se trata de atender a la enfermedad de fondo.
–¿Es posible sostenerlo en el tiempo?
–La ciudad no tiene nada extraordinario, no podes tener menos de 200 patrulleros en la calle. Ahora vienen las estaciones policiales en reemplazo de las comisarías, obras de urbanización para la integración de barrios, cambios en avenidas, 5 mil cámaras, uso de la Inteligencia artificial para esas cámaras y recuperación de espacios públicos para que haya más gente en la calle, entre otras acciones. Es un círculo virtuoso, cuando más haces más vas a obtener. No es una medida que se va a agotar. Igualmente, voy a ser el más prudente del mundo: en una ciudad de un millón de habitantes no puede haber cero delito o cero homicidio.
–¿Por qué no se hizo antes?
–Tuvimos un ministro de Seguridad de la Nación (Aníbal Fernández) que dijo que habíamos perdido la guerra contra los narcos. Hay cosas que aún no dimensionamos. Es el Estado nacional, provincial y municipal contra mil hijos de putas, cómo vamos a perder. Eso no puede pasar. En este punto es donde tenemos que marcar que esto no es excepcional, esto es lo normal, lo anormal era lo otro.
–Otro ex ministro de Seguridad, de la provincia en este caso (Marcelo Saín), dijo que se ahora se pactó con los narcos y por eso bajó la violencia, ¿se pacta con el delito?
–-Lo tomo de quien viene. Lo estentóreo, el grito, el comentario, el insulto, mira todo lo que aguantamos mientras teníamos 15 patrulleros en la calle. Algunos deberían callarse y dejarse de joder. Me acuerdo de ese ex ministro que se iba a Buenos Aires porque decía que acá lo iban a cagar a tiros. No tocó a nadie. Rosario hoy tiene que apelar a la memoria para recuperar el orgullo y hay cosas que no pueden pasar nunca más y yo me voy a ocupar de eso.
Transporte, residuos y tricentenario
–Nación transfirió 31 líneas de colectivos a la Ciudad de Buenos Aires y el secretario de Transporte Franco Mogueta señaló que eso es una manera de equiparar la situación para con el interior. ¿Alcanza?
–No alcanza. Las líneas que unen a la Capital con el Amba son mucho más que esas 31. Y a esas líneas las financia Nación con la plata del impuesto a los combustibles líquidos que se llevan de las provincias. Coincido con Mogueta en que hay que ir a un subsidio a la demanda: ponerle la plata, no a las empresas sino a los usuarios, incorporand. a los beneficios de la Sube categorías del monotributo y los primeros niveles salariales. Hoy pagan la tarifa plena el 32 por ciento de los pasajeros (el resto está alcanzado con los subsidios de la tarjeta), hay que bajarlo al 22 por ciento y nunca se estuvo tan cerca de eso. ¿Cómo se financia sin costo fiscal? Distribuyendo geográficamente el impuesto a los combustibles por cada argentino valiendo 1 y no un cuarto como ocurre hoy con los habitantes de las provincias. Es el proyecto que hemos presentado los intendentes. Dejen la nuestra acá, lo que se recauda en Rosario déjenla en Rosario.
–El gobierno nacional propuso a los empleados estatales congelar salarios al menos durante noviembre y diciembre para llegar a inflación cero, ¿algo parecido se puede pensar para con los municipales?
–Venimos con un esquema paritario trabajando en la lógica general que es respetar la inflación y los recursos del Estado. El último año tuvimos una caída de 50 puntos en términos económicos, casi una pandemia, hay numerosos complicados. Fuimos muy prudentes con los números, tuvimos un paro y después pudimos salir y la resolvimos, siempre entendiendo el marco general. Cuido el mango y sin parar la obra pública. Hay que ser más estables a la hora de administrar los recursos del Estado. La carrera siempre la gana quien es más regular, ésta no es una carrera de 100 metros sino una maratón.
–¿Cuándo va a mandar los pliegos para el servicio de recolección de residuos?, ¿se va a licitar este año?
–Hay pliegos en el Concejo que no aprobó, mandé la ordenanza Basura Cero y una prórroga del contrato vigente. La prórroga que se votó es con un plazo o hasta que se licite nuevamente, como se hizo cuando el intendente era (Miguel) Lifschitz. Ahora, ¿licitarías una concesión con 300 puntos de inflación y una devaluación anual como tuvimos? La inversión es mano de obra, camiones y contenedores que no se fabrican en Argentina. ¿Cómo pago contenedores en dólares? Hay que licitar cuando las condiciones económicas generen la posibilidad de hacer una inversión, mientras tanto prorrogamos y con inversión. Compramos camiones según el número fijado en el contrato. Muchos de los que se opusieron al endeudamiento en dólares ahora quieren que me endeude en dólares. La denuncia viene de los sectores que acompañaron al kirchnerismo que nos metió una inflación de 300 por ciento al año.
–¿Hay agenda prevista para celebrar el tricentenario de la ciudad en 2025?
–El 7 de octubre de 1725 se toma como inicio de la construcción de la capilla del Rosario y de algún modo es la fecha en la que Francisco de Godoy llegó con los calchaquíes a Rosario para establecerse. En 1925 se festejó el bicentenario. Por eso para el año que viene, junto a la Bolsa de Comercio, vamos a armar una comisión para el homenaje del tricentenario e iniciar este año el año previo al festejo del tricentenario el 7 de octubre de 2025 para poner a Rosario en el lugar que debe estar y convocar a toda la ciudad.
Reformas, internas y Milei
–¿Van a pagar un costo político muy grande con la reforma previsional que apoyaron a nivel provincial?
–No es un tiempo para cobardías y los privilegios se sostienen por la cobardía de la política para enfrentarlos. No puede haber privilegios, no puede ser que el que más gana menos aporta. Si ese déficit de la Caja me impide urbanizar un barrio, cómo no voy a defender el cambio, y el rol del Estado no es defender privilegios. Me tocó lo mismo en el municipio con funcionarios municipales que fueron a trabajar a la provincia y plantean jubilaciones en base a lo que ganaban en la provincia. Hay un caso de una funcionaria que va a llegar a la Corte y si avanza va a fundir la Caja municipal. ¿Hasta dónde vamos a permitir eso?, ¿por qué me tengo que quedar callado? Es lo mismo que hace el gobernador, el problema hay que afrontarlo.
–¿Qué beneficios traería una reforma de la Constitución provincial para Rosario?, ¿es momento de hacerla?
–La autonomía municipal. Una autonomía que se respalde discutiendo el régimen de coparticipación que los intendentes vamos a plantear. El Concejo me votó el endeudamiento de 5400 millones de pesos para pavimento en barrios, los trámites empezaron y tardaron ocho meses; resulta que perdí un barrio por año de pavimento definitivo por no ser autónomo. El grado de debilidad a la hora de manejar los recursos de los rosarinos perjudica a los mismos rosarinos. Es la hora de la autonomía y de los intendentes. La reforma de la Constitución es un debate más municipal que provincial y los intendentes debemos empujar la reforma.
–Si se vota la necesidad de la reforma, ¿va a intentar ser convencional constituyente?
–Me encantaría estar en la reforma aunque la estrategia la define el gobernador. En el debate de la reforma voy a estar más allá de ser o no convencional constituyente. Las ciudades deben dejar de depender del vínculo con el gobierno provincial de turno, los rosarinos más que ningunos debemos plantearlo.
–Falta un año para los comicios legislativos de medio término y el socialismo ya anunció que va a competir con listas propias dentro del frente Unidos.
–Me parece bien. Es general, me ha tocado competir con un sector del socialismo, espacio que además tiene otras figuras. Tengo la foto de Hermes Binner en mi despacho que antes no estaba. Hay muchas cuestiones en la ciudad que fuimos recuperando de la mejor etapa del Frente Progresista que fue la de Hermes y nadie es heredero de ese legado. Discutamos el proyecto de la ciudad, los temas. Los posicionamientos teóricos no me molestan porque tengo muy claro lo que tengo que hacer. Nuestro frente es muy amplio, hay un debate dentro y es cómo se enfrentan los conflictos en la gestión. En ese sentido me alineo más con el gobernador, la vicegobernadora, la presidenta del Concejo que venimos de la misma matriz y es una diferencia en la práctica política.
–¿Cuál es su visión del presidente Milei? ¿No fue bastante poco gentil cuando vino a la ciudad?
–Me cae bien que el Presidente venga a la ciudad siempre, aunque no comparta muchas cosas que plantea. Hay que sacar al Presidente de la Capital Federal, a éste o al que venga. Hay una agenda diferente en las provincias, en Rosario esta semana hablamos de cultura, inversión, productividad. La agenda nacional habla de la Corte, las denuncias por violencia de género o el decreto de la información pública. Acá se generan los recursos y en la Capital se los gasta. Ojalá que el Presidente, quien tiene una impronta disruptiva, se anime a romper con esa lógica. El problema es geográfico y cultural. Es una cultura que solo entiende producir y trabajar versus una cultura que solo entiende de repartir y subsidiar. En Buenos Aires analizan la política a través del Amba y es un riesgo enorme. Para hacer crecer el país, al Presidente hay que sacarlo de Buenos Aires y que venga al interior a recorrer empresas y que nos deje ayudarlo en materia productiva así como nos ayudó con la seguridad.