Diciembre de 2024 es un mojón relevante en el apasionante proceso de redistribución de poder que está en disputa en Santa Fe. Ese proceso se inició hace más de un año cuando el voto popular impuso un rotundo cambio de rumbo y días atrás tuvo su pico cuando derribó el muro que durante décadas impidió reformar la Constitución. El paso siguiente es promover a los postulantes a ocupar las tres vacantes en la Corte Suprema de Justicia, hasta ahora símbolo inequívoco del antiguo orden en retroceso. A su vez, el último día del año se activa el cronograma electoral que conduce a la elección de los constituyentes en abril. Serán ellos lo que reescribirán, artículo por artículo, el genoma del poder político-institucional santafesino.

A lo sumo en 30 días se conocerán los nombres que propondrá Maximiliano Pullaro para ocupar las primeras tres vacantes en el máximo tribunal. Construido un consenso mayoritario sobre la necesidad de renovar, llegó la hora de perfilar la Corte del futuro. Este punto es relevante: el gobierno de Pullaro y Unidos tiene al alcance de la mano la posibilidad de designar a seis de los siete miembros de la Corte. Eventualmente, si la futura Constitución admitiera la reelección y Pullaro siguiera en la Gobernación hasta 2031, le tocaría también promover el reemplazante de Daniel Erbetta cuando cumpla los 75 años.

Renovar la totalidad de la Corte es un hecho absolutamente excepcional. Los sistemas democráticos tienden a que los recambios sean parciales y en distintos gobiernos para evitar el riesgo de tribunales alineados con el de turno. Pero la anomalía santafesina de jueces dispuestos a quedarse hasta que la muerte los separe del cargo desconociendo los marcos legales vigentes habilitó este escenario inédito.

Una película en pausa

 

Las fuertes tensiones que marcaron la relación Poder Ejecutivo-Poder Judicial a lo largo del año transitan días más calmos. El gobierno hizo gestos que se le reclamaban: se puso al día con la política salarial y está firmando los ascensos y designaciones de personal que había pisado.

En lo inmediato cubrirá las vacantes de Mario Netri y María Angélica Gastaldi (se va en abril) y ocupará la séptima silla recientemente creada por ley. Esta semana, tanto el ministro de Gobierno, Fabián Bastia, como el gobernador ratificaron que con eso no terminó la renovación de la Corte, que los tres ministros mayores de 75 años (uno de ellos con 81) que se resisten “tienen que cumplir la ley” y que “la renovación sigue en proceso”. ¿Un aviso de que una vez puestos en funciones los tres primeros integrantes vuelven las tensiones con Eduardo Spuler, Rafael Gutiérrez y Roberto Falistocco? Solo el núcleo duro del gobierno puede responder esa pregunta. 

Cabe tener en cuenta que el 31 de diciembre se activa el cronograma electoral para las elecciones primarias locales y de convencionales constituyentes, por lo tanto el gobierno estará muy enfocado en ese proceso. Las elecciones de abril definen todo: el control de la futura constituyente, la revalidación de la gestión de Pullaro y el carácter y los liderazgos de la oposición.

Otro dato no menor es que el tribunal Electoral es presidido por Roberto Falistocco, uno de los jueces excedido de edad que la Casa Gris insta a dejar el cargo. ¿Querrá el gobierno que haya ruido con el ala antigua de la Corte cuando uno de sus miembros dirige el proceso electoral donde pone tanto en juego? Mientras tanto, ¿concentrará esfuerzos en la salida del octogenario Eduardo Spuler?


Elecciones ya

 

La sanción de la ley de necesidad de reforma de la Constitución aceleró todos los tiempos. La determinación de que los constituyentes se elijan en abril para que sea lo más alejado posible de los comicios nacionales, puso en aprietos a más de uno, en especial a sectores de la oposición.

En 50 días los partidos y frentes electorales deberán cerrar las listas para las primarias de cargos locales y la lista de convencionales constituyentes. El oficialismo no la tiene sencilla para consensuar los nombres en lugares expectantes. Hay diez partidos que pretenden tener presencia, aunque el tironeo central estará concentrado entre las tribus radicales y el socialismo, y en segundo orden el PRO. El combo a resolver ahí es la multiplicidad de dirigentes con aspiraciones, la lapicera en manos del gobernador y cómo se refleja el rol que cada fuerza política tuvo en este primer año de gestión y tendrá hasta que termine el mandato en 2027.

Más complicada la tiene la oposición. Los plazos acotados le juegan en contra. Mientras el oficialismo tiene la gestión como vidriera permanente, la oposición corre contrarreloj para instalar candidatos, por lo tanto cuentan con ventaja los más familiarizados con el electorado.
Esa premura ya tuvo un golpe de efecto entre los libertarios, debutantes en una elección provincial. Esta semana la diputada nacional Romina Diez anunció por X que La Libertad Avanza ya tenía candidato, que era “hombre y de derecha”. Todos los indicios apuntan a su compañero de bancada, Nicolás Mayoraz, que además es un destacado abogado constitucionalista. En realidad, Diez no estaba anunciando otra candidatura, sino comunicando que bajaba la suya. Mayoraz, que no es libertario de origen, tiene otro rodaje electoral y un expertise que Diez no está en condiciones de reemplazar a pesar de ser la mano derecha de Karina Milei en la provincia.

El anuncio dejó implícito que LLA encabezará lista propia. ¿Están cerradas de plano las posibilidades de una alianza con Amalia Granata, que hace poco volvió a hablar con MIlei y en su bloque legislativo provincial alberga aliados del presidente?

El peronismo es el más complicado por la cantidad de actores e intereses contrapuestos que conviven en su interior. El posicionamiento dividido respecto de la reforma sumó nuevas heridas. El senador Marcelo Lewandowski se prepara para competir por afuera del partido y el ex gobernador Omar Perotti otro tanto.

Por el contrario, en el oficialismo ya se respira clima de campaña y Pullaro ya no le saca el cuerpo a la posibilidad de liderar la lista de constituyentes. Es casi un hecho y tiene lógica. Es su gobierno el que será plebiscitado y es el conductor y principal elector de Unidos. No puede no ser el protagonista de una elección donde arriesga todo su capital político. Un tropiezo electoral en la constituyente no solo comprometería la nueva Constitución que busca Unidos, sino que dejaría heridas a un gobierno que debe gobernar hasta diciembre de 2027.

Pullaro, candidato y confesiones

Esta semana, al cumplirse un año de la asunción del gobierno, Maximiliano Pullaro mostró la faceta de un hombre de fe que roza lo místico, de la que los santafesinos y santafesinas solo conocían pinceladas, ya sea por su rezo el día que ganó las elecciones o su participación en eventos evangélicos. 

En un reportaje con RTS, la televisión pública de la provincia, Pullaro expuso con inusual crudeza sus emociones y sentimientos como responsable de la seguridad pública, primero como ministro y ahora como gobernador. Abrió la puerta a mirar lo que ocurre en su interior en los momentos más críticos del gobernante, por ejemplo cuando la violencia narcocriminal se lleva la vida de una niña, o al momento de tomar decisiones con todo el país observándolo y cinco cadáveres de trabajadores ejecutados en la calle.

Habló de angustia, de llorar y rezar para combatir un fuerte sentimiento de culpa y responsabilidad porque no podía detener el reguero de muertos que por entonces era esta ciudad. Sentimientos de la gente de a pie que psicólogos y religiosos atienden a diario, pero que los líderes políticos (muy especialmente los varones) evitan para que no se interprete como debilidad o dubitación. La emoción lo superó cuando se refería a su vínculo con el Padre Ignacio y reveló el asiduo apoyo espiritual que recibe del pastor evangélico y diputado Walter Ghione, entre otros.

En el escritorio de su despacho en la Casa Gris, en el rincón inferior izquierdo, hay seis libros apilados en dos columnas que, se deduce, son las lecturas que tiene a mano por estos días. Entre ellos un libro referido a inteligencia artificial, las memorias del caudillo correntino Pedro Ferré, “Caudillos federales” de Pacho O’Donnell, la Biblia y, debajo de todo, un ejemplar del Sagrado Corán de exquisita encuadernación. 

Pullaro plancha el traje de candidato, dispuesto a un nuevo desafío en su camino que construyó con aceitada eficacia. El proyecto de poder que lidera con el resto de Unidos va por más. Hasta aquí no conoció de descansos; tampoco derrotas, aunque sí contratiempos que pudo superar. 2025 no parece que vaya a cambiar el ritmo.

La oposición necesita reconstruir un proceso virtuoso. Abril es su oportunidad para reordenar el mapa, proyectar nuevos liderazgos o revitalizar los que ya están. ¿Es Granata, es el peronismo, qué peronismo? Las urnas definirán las coordenadas para empezar a trabajar. Enfrente espera una maquinaria que hasta aquí se mostró muy aceitada y eficaz.