La temporada de calor llega cada año con diferentes plagas y dos de las más se ven actualmente en la región son los alacranes y las polillas, dos especies que generan diferentes problemas y preocupaciones entre los humanos.
“Los alacranes están presentes todo el año pero ahora la actividad es mucho mayor y hay que tomar precuaciones”, advirtió en El Tres el director municipal de Control de Vectores, Carlos Tasinato.
? ¡Cuidado con la ropa! hay muchas polillas volando por la ciudad
— De12a14 (@De12a14) December 3, 2024
? Las polillas no pican... pero comen la ropa
? Dato a tener en cuenta: en esta época también hay más alacranes
?ᄌマ "Si nos pican, hay que acudir al médico rápidamente" pic.twitter.com/occCDX9Xkw
Y puntualizó: “Primero, no tocarlos, aunque las picaduras por lo general son accidentales y el 80 por ciento se producen en manos y pies, porque solemos caminar descalzos”.
“Si nos pican, hay que acudir al médico rápidamente –recomendó–; sobre todo los menores o personas inmunodeprimidas. La picadura es tóxica para el ser humano”.
En el programa De 12 a 14, el funcionario recordó que estos arácnidos habitan en lugares oscuros y húmedos e ingresan a las casas “mayormente por los sanitarios, por el baño, pero también se pueden encontrar en un jardín con presencia de escomboros, maleza o elementos inservibles, por lo que son importantes los burletes en las puertas”.
Otros consejos a tener en cuenta son tener selladas las grietas y fisuras en las paredes, donde suelen alojarse, y también colocar tejidos o tapas en rejillas, cámaras de cloacas, bidets y piletas, tanto del baño como de la cocina.
Por otro lado, no está de más revisar o sacudir la ropa y el calzado antes de colocarlo, sobre todo si permaneció en el suelo, y mantener alejadas las camas o cunas al menos cinco centímetros de las paredes.
Cómo reconocer un alacrán
La especie dominante en la región se llama "Tityus Trivittatus", es la más peligrosa y suele aparecer entre octubre y marzo. “Es ponzoñosa por tener pinzas finas y un aguijón doble donde acumula el veneno”, detalló Tasinato. Se reconoce también porque en el dorso presenta tres rayas longitudinales oscuras.
La longitud de un ejemplar adulto de alacrán es de 60 a 65 milímetros, generalmente de color amarillento o amarillo amarronado. Los ejemplares más jóvenes son de coloración más rojiza, tienen cuatro pares de patas y un par de pinzas. Al tener hábitos nocturnos, como la claridad lo afecta, permanece oculto durante todo el día.
La picadura genera un dolor agudo inmediato e implica, primero, colocarse hielo y luego, permanecer atentos a signos y síntomas respiratorios, cardiovasculares, hipotensión, vómitos y fundamentalmente dolor abdominal.
Desde 2020 hasta ahora, en toda la provincia se contabilizaron más de 2.000 casos de alacranismo. Durante el año pasado fueron 613 casos, y este año van un poco más de 300.
Tres tipos de polillas
Con la proximidad del verano también aumenta la frencuencia en que se ven polillas, un insecto más molesto que peligroso ya que no pica pero invade algunos espacios de la casa y se alimenta desde ropa hasta de la comida almacenada, según la especie.
“Algunas provienen del campo o lugares verdes, son mariposas nocturnas y se ven atraídas por la luz. Con mosquiteros se impide que entren, también apagando luces del patio o el zaguán”, precisó el director de Vectores, consultado también por estos bichos alados.
Por otro lado existe “la polilla de los roperos, que acaba con las prendas de algodón y lana, sobre todo lana ya que se alimentan mayormente de queratina”, diferenció el especialista.
Finalmente, las llamadas polillas de alacena, que se alojan en ese amoblamiento, sobre todo en la cocina, y buscan alimentos no perecederos que suelen almacenarse allí.
“Todas tienen mayor actividad reproductiva en esta época y pueden llegar a través de las ventanas, por lo que los mosquiteros también ayudan”, recordó Tasinato, y destacó la importancia de “remover tejidos viejos y mantener la limpieza, sobre todo en rincones con aspiradoras que pueda remover donde haya huevos o larvas”. Finalmente, sugirió “restar la humedad” de los muebles y “ventilarlos” para no generarles ambientes propicios a estos insectos.