La ola de calor extremo es mucho más dura sin agua o sin luz. Y más aún si faltan los dos. Son los diferentes panoramas que atraviesan esta semana vecinos de varios barrios de Rosario, donde al maltrato de las altas temperaturas se suma la ausencia de servicios básicos.

Un edificio de la zona oeste padece la falta de agua desde comienzos de año y el problema recrudece estos días con una sensación térmica que coquetea con los 40 grados.

Se trata del complejo Fonavi de bulevar Seguí y Rouillón, donde vecinos de varios pisos, al menos entre planta baja y el tercero, tienen un suministro intermitente pero deben levantarse de madrugada para llenar recipientes que usarán durante el día.

“Muchas veces no alcanza ni para las necesidades básicas. La vamos racionando para tomar, bañarse o lavar algo de ropa a mano”, contó Estela desde el móvil de Radio 2.

Dijo que la situación lleva “todo el año igual, sale un hilito”. Por ese motivo, contó: “A la madrugada nos levantamos y juntamos bidones y botellas para tomar, mas una palangana para bañarnos. Eso nos dura un día. Todo el complejo está igual y los vecinos de enfrente, lo mismo”.

Agregó que en su caso a veces necesita ir también a la casa de su madre, ubicada a dos cuadras, para abastecerse. “Lo tengo que hacer por mis hijos. Pero hay algo que está funcionando mal”, lamentó.

Por su parte, Julieta, otra vecina del Fonavi, agregó otro dato: “A veces se roban los cables y no funciona la cisterna. La EPE viene, revisa y se va. No te dicen nada, o sólo te dicen que se robaron los cables. Pero también hay derroche de agua y no llega a los departamentos”.

En su caso particular, además de levantarse “a las 3 de la mañana” para llenar recipientes con la poca presión que a veces hay a esa hora, también acude al domicilio de su abuela, a tres cuadras. “Nos bañamos allá y también traemos bidones”, contó.

En tanto, desde Uruguay al 8400, sobre el límite con Pérez, el móvil televisivo de El Tres reflejó cómo atraviesan estas horas numerosas familias que tampoco tienen agua y que deben agudizar el ingenio –y el esfuerzo– para conseguirla.

“Yo hace años que compro agua para tomar. Pero si tengo que comprar para bañarme y para todo, no me alcanza”, ironizó un hombre que, como otros habitantes de esa zona, lleva algunas sin el elemental servicio. “Antes –por años anteriores– había, pero ahora es cada vez peor”, agregó una mujer.

Contaron que muchos van “a buscar a la planta hidrogenada de Pérez” o echan mano a “bidones que traen familiares de otros barrios”. Una vecina mostró un fuentón en el patio. “Junto el agua que cae de los techos, para tirar en el inodoro. Al agua limpia que conseguimos la usamos para el consumo”, precisó.

A pocos metros, en la calle, se ubica la cisterna de rebombeo pero todos coinciden que “como se amplió el barrio, no alcanza el suministro”, ya que las obras en materia de servicios no acompañaron dicha expansión.

Sin luz ni agua en Empalme Graneros

 

Por otra parte, en la zona de Juan B. Justo y Nicaragua, barrio Empalme Graneros, los vecinos se encuentran sin luz y sin agua esta semana. Ante el calor que abruma, son varias las estrategias que llevan a cabo para no deshidratarse: vecinos que prestan sus canillas, familiares que traen bidones de otros barrios, o terminan comprando el agua en el almacén.

Una pareja de adultos mayores graficó: “Estamos sin haber dormido anoche del calor. La comida de la heladera ya se esta echando a perder, no sabemos cuánto aguantaremos”.

Consultada sobre cómo atravesaron estos días, otra vecina consignó: “Adentro nos morimos un poco de calor porque no podemos estar afuera con el sol”.

“Mi hija fue a casa de una amiga y trajo botellas de agua y baldes, pero duran un ratito”, dijo una mujer, mientras que otro vecino precisó: “Buscamos el agua en casa de una vecina en México y Juan B. Justo”.

Según mensajes que ingresaron durante todo el día por las vías de contacto de Radio 2, El Tres y Rosario3, son numerosos los vecinos de diferentes barrios de la ciudad que padecen situaciones similares por el corte de servicios básicos.