Los seres humanos podrían vivir en la Luna y en Marte en hábitats espaciales inflables "del tamaño de un estadio" que se lanzarán a la órbita de la Tierra en 2026. Las bases espaciales expandibles se comprimen para caber dentro de cohetes y aumentan de tamaño cuando se despliegan en el espacio.

La startup espacial Max Space busca lanzar los hábitats a la órbita de la Tierra a bordo de un cohete SpaceX para inflarlos en tamaño después del despliegue. Estas bases son una alternativa más económica a los diseños tradicionales de módulos de "lata", que constan de pequeños módulos conectados entre sí, según publicó el medio británico The Sun.

El cofundador de Max Space, Aaron Kemmer, dijo: "El problema con el espacio hoy en día es que no hay suficiente espacio habitable en el espacio. A menos que hagamos que el espacio utilizable en el espacio sea mucho menos costoso y mucho más grande, el futuro de la humanidad en el espacio seguirá siendo limitado".

La startup planea lanzar un prototipo de 20 mil metros cúbicos en 2026, seguido de un módulo de 100 mil metros cúbicos en 2027. Se podrían enviar variantes más grandes al espacio después del lanzamiento de las bases espaciales inflables iniciales, ya que, en teoría, no hay límite para la escalabilidad de los módulos. Max Space dijo que los hábitats podrían flotar en la microgravedad de la órbita y desplegarse en la superficie de la Luna o Marte.

Los clientes que podrían estar interesados en visitar los hábitats van desde compañías farmacéuticas hasta estaciones espaciales comerciales, o incluso estudios de cine que buscan filmar en órbita. Actualmente hay tres módulos de hábitat espacial inflables orbitando la Tierra, todos los cuales fueron desarrollados y construidos por la empresa estadounidense de diseño y fabricación espacial Bigelow Aerospace.

Max Space espera lanzar un módulo de prueba del tamaño aproximado de dos maletas, que se expande hasta una base 20 mil metros cúbicos, en sólo dos años. El prototipo sería mucho más grande que los tres hábitats inflables que actualmente orbitan la Tierra. La nueva startup de Kemmer ya construyó un prototipo de tamaño real para el primer vuelo, que ahora se utiliza para pruebas en tierra y comenzó a fabricar el vehículo de vuelo.