La investigadora y referente en educación, Melina Furman, murió a los 49 años luego de haber dado una larga batalla contra el cáncer de colon.

Furman construyó una extensa trayectoria en la Universidad de San Andrés, en el Conicet y dejó un gran legado en sus libros editados y las conferencias TEDxRíodelaPlata que ofreció en los últimos años.

Furman desempeñó un rol clave en proyectos educativos junto a Unicef, el Instituto Nacional de Formación Docente y la Unesco. Además, fue codirectora de la Especialización en Educación en Ciencias Naturales en la Universidad de San André. Entre sus aportes más recientes, destacó su labor en proyectos como El Mundo de las Ideas y su colaboración con el Instituto Baikal.

Graduada en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con un máster y doctorado en Educación en la Universidad de Columbia, Furman siempre fue una visionaria en su campo.

Con sus investigaciones y su enfoque innovador, defendió la importancia de despertar la curiosidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje, algo que plasmó en sus conferencias TEDx y sus numerosos libros.

Furman, quien dedicó gran parte de su carrera a incentivar el pensamiento crítico y la curiosidad científica, veía en estos aspectos la clave para el aprendizaje profundo.

Su obra más reciente, Curiosidad extrema, invita a explorar el mundo a través de experimentos y preguntas. En ella, integró a sus propios hijos, Ian y Galo, como protagonistas, reflejando cómo la educación puede nacer en el entorno familiar.