El hemisferio norte sigue padeciendo los efectos de una ola de calor extremo, acompañada por violentos incendios como los que se registraron en Grecia. Desde California hasta China, donde las temperaturas llegaron a los 52°C, los gobiernos llaman a la población a tomar medidas para protegerse del calor, hidratándose correctamente y cuidándose del sol. 

Este panorama que actualmente se registra en Europa, Asia y América del Norte podría replicarse durante el próximo verano en Argentina y otros países de América del Sur, según advierten meteorólogos.

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los países ubicados en la parte sur de América del Sur son especialmente vulnerables a olas de calor, episodios de tres días con temperaturas especialmente altas producto del calentamiento global.

"Las olas de calor son un fenómeno complejo por la serie de impactos que tienen en la vida de las personas. En el caso de Latinoamérica, son especialmente relevantes en los países que presentan climas templados o mediterráneos, como Chile central, la zona del Chaco, en Argentina, y algunas zonas de Centroamérica con menor vegetación", adelantó Lisandro Roco, uno de los expertos que participó en la investigación del IPCC.

La ola de calor desató incendios en todo el hemisferio norte.

Por su parte, la académica en salud pública y cambio climático Yasna Palmeiro-Silva, del University College London, advirtió que "se espera que las olas de calor sean más frecuentes, más intensas y más prolongadas", según citó el portal Deutsche Welle.

Sus dichos coinciden con lo que comunicaron esta semana desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de la ONU. "Este tipo de situaciones continuará creciendo en intensidad, y el mundo necesita prepararse para olas de calor más intensas", señaló John Nairn, experto en calor extremo del organismo.

"El fenómeno El Niño, recientemente declarado, no hará más que amplificar la incidencia y la intensidad de las olas de calor extremo", indicó, y agregó: "Uno de los fenómenos notables que hemos observado es que el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis de los años 1980. Esta tendencia no muestra ninguna señal de disminuir".

Récords de calor en todo el mundo

El martes se batieron récords de temperatura en todo el mundo. Pekín, por ejemplo, tuvo 27 días consecutivos con registros superiores a 35 grados centígrados, el período más extenso en 23 años según la Administración Meteorológica de China. En medio de una ola de calor que también elevó los niveles de contaminación atmosférica, el gobierno de Pekín instó a los ancianos a permanecer en sus casas y a los niños a acortar el tiempo de juego al aire libre.

Japón, por su parte, emitió alertas de calor en 32 de sus 47 prefecturas, con temperaturas que se avecinan al récord alcanzado en 2018 de 41,1 °C.

En Estados Unidos, los servicios meteorológicos observan una ola de calor "agobiante" en el sur del país y predicen varias temperaturas récord. Phoenix, la capital de Arizona, tuvo 19 días con un promedio de 43ºC, con lo que se batió el récord que se mantenía desde hacía 49 años.

El mapa de los focos de incendio activos en Canadá. (NASA Firms)

En Italia, 20 ciudades están en alerta roja. Entre ellas Roma, donde el termómetro alcanzó los 40°C, justo por debajo del récord local de 40,5°C establecido en agosto de 2007.

En España, las temperaturas alcanzaron 45,3 ºC en Figueras, en la región de Cataluña (noreste), y 43,7 ºC en las Islas Baleares, según la agencia meteorológica Aemet, que declaró una alerta de "riesgo extremo" por el calor. Además, la temperatura del agua en las costas alcanzó un máximo histórico para esta época: una media de 24,6 °C a mediados de julio, unos 2,2 grados más de lo normal para la temporada.

Grecia es otro de los países afectados por incendios en medio de la ola de calor. (NASA Firms)

Julio de 2023 podría ser el mes más cálido jamás registrado

El mundo se dirige al mes de julio más cálido registrado hasta la fecha, aseguró el director del observatorio del clima europeo Copernicus, Carlo Buontempo. "Los primeros quince días de julio fueron los más cálidos hasta la fecha. Julio apunta a que será el más cálido" que se haya registrado, declaró el director del servicio de monitoreo climático.

El mundo se calentó un promedio de casi 1,2 °C desde mediados del siglo XIX, lo que desencadenó un clima extremo que incluye olas de calor más intensas, sequías más severas en algunas áreas y tormentas más feroces por el aumento del nivel del mar.

El mes de junio ya fue el más caluroso de la historia, según los datos del observador climático europeo, cuyos registros se remontan a 1940. "El cambio climático está sobrecalentando todo el sistema climático. Y este año en particular, además de esta tendencia, tenemos dos fenómenos que probablemente también están contribuyendo", dijo el experto.

En Roma el termómetro alcanzó los 40°C, justo por debajo del récord local de 40,5°C establecido en agosto de 2007.

Uno de esos fenómenos es el de El Niño, un patrón natural que provoca un aumento del calor en todo el mundo, así como sequías en algunas partes y fuertes lluvias en otras, que ya empezó. Por otro lado, se registran temperaturas oceánicas inusualmente altas vinculadas a vientos más débiles de lo normal.

"El Niño es un fenómeno climático natural que afecta especialmente a Latinoamérica, y aunque la evidencia científica no ha determinado si hay una estrecha relación entre el fenómeno de El Niño y el cambio climático, lo que vemos es que hay una interacción entre el aumento de las temperaturas atmosféricas globales, marinas y El Niño", explicó Yasna Palmeiro-Silva.

La experta, una de las investigadoras que participó en el último informe de Lancet Countdown sobre América del Sur y cambio climático, asegura que países como Perú, Ecuador, Colombia y Chile se verán afectados por el aumento de temperatura en los próximos meses. "Y si ya tenemos olas de calor aumentado se esperaría que las temperaturas sean extremas en el hemisferio sur a partir de septiembre, algo que podría prolongarse por hasta cuatro años", sostuvo la especialista.