La pregunta y la imagen generan el impacto que produce alumbrar un problema grave que se ha naturalizado. Las fotos de frutas y verduras empaquetadas y envueltas en plásticos innecesarios que terminan por contaminarlo todo. “¿Hay algo más absurdo que empaquetar a una banana?”, es el interrogante que hace la campaña #DesnudaLaFruta.

Se trata de una iniciativa global que llegó a Rosario para visibilizar prácticas tan extendidas como nocivas para el medio ambiente. “La naturaleza es sabia, para eso creó un empaque ecológico, biodegradable, sustentable y en la mayoría de los casos comestible: la cáscara”, resumen los promotores.

La movida en las redes (Desnudalafrutarosario en Instagram) tiene su correlato en el Concejo. Un proyecto para prohibir el uso de envoltorios plásticos, film y bandeja plástica en Rosario ya obtuvo dictamen de la comisión de Ecología. El martes debería tratarse en la de Gobierno para poder ser tratatado en el recinto.

La iniciativa de la concejala Luz Olazagoitía (del Frente Social y Popular) establece que no se podrá utilizar más ese tipo de productos contaminantes “en todas las frutas, verduras y hortalizas cuya cáscara actúe como protección natural, en comercios y supermercados de nuestra ciudad con el objetivo de reducir la generación de plásticos de un solo uso de formas innecesarias”.

La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, y la Secretaría de Gobierno deberán fiscalizar y sancionar a quienes incumplan con la medida, señala el artículo 2 del proyecto que también lleva las firmas de Caren Tepp, Pedro Salinas y Jesica Pellegrini (Ciudad Futura).

Como recuerda la campaña #DesnudaLaFruta, una vez que los objetos de plástico llegan al mar y a los ríos tardan entre décadas y cientos de años en degradarse.

Como una pandemia silenciosa, durante todo este tiempo los objetos de plástico que llegan a los cursos de agua pueden causar graves daños a la fauna, incluso a los seres humanos que a su vez consumen, por ejemplo, pescados. También en el río Paraná se estudió el impacto de los microplásticos con saldos preocupantes.