1– Justo Villar: “¡Un arquero increíble! Justo te ganaba partidos solo. Nunca me voy a olvidar cuando en la cancha de Gimnasia le tapó un cabezazo terrible a Nicolás Cabrera, una atajada que aún hoy me cuesta creer como la hizo. Villar fue el mejor arquero que tuve como compañero”.

2– Fernando Gamboa: “Muy fanático… muy enfermo de Newell’s. Era mi ídolo cuando él jugaba en la primera y yo en las inferiores de la Lepra. Por las vueltas que tiene el futbol, mucho tiempo después, Gamboa me dirigió en Newell’s y me demostró ser buen entrenador con un temperamento muy fuerte”.

3– Diego Simeone: “¡Un ganador! Cuando el Cholo llegó a Catania nos cambió la mentalidad a todos los que integrábamos aquel plantel. Sus charlas técnicas y sus arengas previas a los partidos, realmente te emocionaban. Eso sí, en Catania su idea de juego era más ofensiva, después en Estudiantes y Atlético de Madrid tomó más recaudos a la hora de defender”.

4– Caruso Lombardi: “¡Un gran motivador! Caruso puede tener mil defectos, pero es muy inteligente tácticamente y sabe cómo afrontar los partidos. Conoce todo del rival, el lunes arranca la semana informándote que jugadores rivales cabeceaban en la pelota parada, quienes serán los responsables de marcarlos y así, el resto de los días con más detalles a tener en cuenta para el partido del fin de semana. Con él siempre fui titular, por mis características y mi forma de jugar, para Caruso era el Messi del equipo (risas)”.

5– Leandro Paredes: “Un futbolista con una pegada espectacular, la acaricia a la pelota. Con Paredes fuimos compañeros en Roma, hicimos una muy linda relación de amistad. Cuando lo enfrenté cambié un par de veces la camiseta con él. Se merece haber sido campeón del mundo porque es un pibe muy humilde que la peleó mucho para llegar adonde llegó”.

6– Juvenal Olmos: “Un DT táctico. Juvenal me dio la posibilidad de seguir en el equipo, me dio toda su confianza y me bancó como titular. Por Newell’s pasó rápido porque nunca supo dónde estaba, pensó que estaba en Santiago de Chile y no se dio cuenta que Rosario es otra cosa”.

7– Ariel Ortega: “¡Un campeón de la humildad! El Burrito fue el mejor futbolista y la mejor persona adentro de un vestuario que tuve como compañero. Siempre defendió a los más chicos del plantel, nunca una palabra de más a los juveniles. Fue muy generoso con los jugadores jóvenes y también con los utileros. Muy buena gente”.

8– Alejandro “Papu” Gómez: “Un jugador de selección. Siempre está de buen humor, es muy positivo y siempre le mete para adelante. Fuimos compañeros en Catania y la verdad, pasamos tres años hermosos. Nunca pensé que iba a alcanzar el altísimo nivel que demostró en Europa. Jugó 8 años en un nivel superlativo y fue muy merecida su convocatoria a la selección argentina que obtuvo el título del mundo en Qatar. Me acuerdo de que en el vestuario de Catania, cuando hablábamos de las proyecciones de los jugadores del plantel, siempre aposté por el Pitu Barrientos y nunca por el Papu (risas). Todo lo que se dice sobre su alejamiento de la Selección me parece una boludez, es más un chusmerío de pueblo que otra cosa”.

9– Ignacio Scocco: “Un delantero fino y goleador. Nacho es uno de los mejores delanteros de la historia de Newell’s. Fue un "9" que adentro del área era un “killer” y cuando salía para jugar, era hermoso ver como se asociaba para generar situaciones de gol. Además, es uno de los mejores futbolistas que vi pegarle a la pelota. No necesitaba espacio, ni recorrido para patear con potencia y dirección. Muy pocos jugadores le pegan así a la pelota”.

10– Francesco Totti: “¡Un fenómeno! Totti me generaba algo distinto, yo le pegué a todo el mundo, pero a él, fue al único que cuando lo tuve que marcar me cuidé de no tocarlo. En Roma es ídolo, esto le permitía manejar sus tiempos, entrenarse con mucha tranquilidad, digamos que no se mataba en los entrenamientos (risas). Además de crack, es recontra simpático. Cuando llegué a Roma, el primer departamento me lo alquiló él, si no me gustaba, creo que tenía algunos más para alquilarme (risas)”.

11– Maxi López: “Un amigo. Maxi fue un futbolista que combinaba a la perfección, la técnica con la potencia. A la fuerza de piernas que tenía, le incorporaba una técnica individual extraordinaria, no vi otro igual. Es un chico de bien, con mucho corazón y muy generoso”.