“La sal retiene agua y esto expande el volumen de las arterias, por un lado. Por otro lado, el sodio, por un mecanismo electrolítico, penetra por un intercambio con el potasio a las paredes de las arterias. En un segundo paso, con el intercambio de sodio por calcio a las arterias, se produce una alteración en las propiedades elásticas de las arterias, tornándose más rígidas".

Entonces, tenemos que, por un lado, se da un mayor volumen de sangre en las arterias y una mayor rigidez de las mismas lo que provoca aumento de la presión y ateroesclerosis y arterioesclerosis; es decir rigidez arterial y depósito de grasas dentro de las arterias.

Además, el 40% de los hipertensos son sensibles a la sal. Son pacientes con dificultad renal para eliminar el exceso de sodio que ingiere y es esto lo que les genera hipertensión arterial; dándose, sobre todo, en personas mayores de 60 años, quienes agregan su dificultad de eliminar el sodio por la orina por lo cual si ingieren altas cantidades de sodio los convierte en pacientes de mayor cuidado y seguimiento por ser candidatos de sufrir algunos eventos cardiovasculares”.

¿Cuál es la cantidad de sal que un adulto debe agregar a las comidas diariamente?

“Lo que no está definido con evidencias, es la mínima dosis de sal. Es un tema en discusión. Pero podemos afirmar que entre 5 y 6 gramos de sal de mesa por día es la cantidad con la que nos aseguramos que no aumente el riesgo a generar hipertensión y es la medida con la cual los alimentos toman un gusto que los hace apetecibles. Esa cantidad representa una cucharita de té al ras para todo el día”.

*Daniel Piskorz, médico cardiólogo, matrícula 8509, especialista en hipertensión arterial, investigador e integrante del Instituto de Cardiología del Sanatorio Británico.  Consultorios del Británico, Jujuy 1540 Piso 5°