El concepto de altas capacidades (AA.CC.) resulta algo confuso a nivel social, lo que puede generar recelos a partir de la falta de información. Por este motivo y a días de celebrarse el Día Internacional de las Altas Capacidades (14 de marzo), asociaciones de distintas partes del mundo buscan concientizar sobre las necesidades personales, emocionales y educativas respecto de quienes cuentan con esta condición.
Altas Capacidades, su detección en la infancia
Expertos en la temática explican que las altas capacidades se corresponden con una forma diferente de procesar la información. Generalmente, los signos por los que se detectan las AA.CC. tienen que ver con una mayor intensidad en lo que acontece al niño, tanto desde lo emocional como desde lo físico.
En este aspecto, las AA.CC. suelen definirse como un potenciador: si una persona es inquieta, al tener AA.CC. se inquietará más, lo cual hace que el funcionamiento sea diferente en los diversos contextos en los que el niño se desenvuelva. De esta manera, parecería no lograr "adaptarse" a lo esperado por parte de las distintas instituciones.
Por otra parte, las AA.CC. tienen un componente genético muy fuerte que determina que las personas ya nazcan con esta condición, aunque la misma no sea un sinónimo de alto rendimiento sino que representa un potencial que, de no cuidarse, no florecerá como tal.
"Si el potencial está y se quiere convertir en algo de provecho, lo debes cultivar sobre todo en aspectos transversales porque normalmente no es homogéneo, no se está por encima de la media en todos los aspectos lo que genera discronías sobre todo en infancia y adolescencia", resaltó uno de los autores del manual "Hijos con altas capacidades. Educarlos felices".
Signos de alerta
Existen, por otro lado, algunos indicadores frecuentes en niños con AA.CC.:
-Aprendizaje más rápido y profundo.
-Vocabulario muy amplio y con gran precisión.
-Memoria.
-Creatividad e imaginación.
-Interés variado y con gran profundidad.
-Pensamiento muy crítico y analítico.
-Preferencia por el aprendizaje autónomo, optando por trabajar en forma individual e independiente.
-Perfeccionistas.
-Resuelven problemas en forma original y creativa.
-Altamente sensibles y empáticos.
Todas estas características hacen que se sientan diferentes y sean conscientes de tales diferencias a edades muy tempranas. Sus intereses difieren generalmente de los del resto de sus compañeros con edad biológica similar.
En casos de menores con AA.CC., la identificación de sus necesidades educativas, sociales y emocionales es fundamental para que no pierdan interés por el aprendizaje: "Si no se trabaja el autoconcepto y autoestima, es posible que esa diferencia con sus pares y padres los lleve a sentir culpa".
El cociente intelectual
En caso de contar con dudas acerca de si un niño presenta o no AA.CC., se recomienda una evaluación psicopedagógica y/o psicológica, la cual puede realizarse a partir de los 4 años de edad.
La barrera del cociente intelectual total (CIT) en 130 ya no es más el único punto de corte, debido a que los expertos comprendieron que la AA.CC. es algo mucho más complejo. Es importante, en este aspecto, hacer una identificación completa que incluya entrevistas a la familia, creatividad, perfil emocional o sensorial, entre otros factores.
La doble excepcionalidad en AA.CC.
En la mayoría de los casos, las altas capacidades conviven con alguna patología o trastorno, aunque no necesariamente sucede de esta forma. Entre los diagnósticos más frecuentes se encuentran el Trastorno del Espectro Autista (TEA), TDAH, dislexia, discalculia, entre otras.
Esto hace que, en muchos casos, se autooculten un diagnóstico para con el otro, generando que haya un abordaje inadecuado.
La validación emocional
A la hora de criar a un niño con AA.CC., lo más importante es validarlo emocionalemente en su vida general. Esto no significa no establecer límites en la crianza sino manifestar que se comprende su sentir.
Fuente: Ediziones.