La fatiga mental prolongada puede generar desgastes en áreas cerebrales claves para la capacidad individual de autocontrol. Esto puede provocar que las personas se comporten de forma más agresiva y menos colaborativa. Así lo indica un nuevo estudio interdisciplinario publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

El estudio, realizado por investigadores de neurociencias y economía de la IMT Escuela de Estudios Avanzados de Lucca (Italia), contó con la colaboración de investigadores de la Universidad de Florencia (Italia).

La investigación

En el trabajo se vincula el concepto de "agotamiento del ego" -una disminución de la fuerza de voluntad causada por la explotación de la misma- con cambios físicos en áreas cerebrales que se encargan de las funciones ejecutivas. Particularmente, la fatiga pareciera corresponder a un aumento de las ondas EEG típicas del sueño en la zona de corteza frontal dedicada a la toma de decisiones en el cerebro despierto.

Las teorías sobre el agotamiento del ego surgieron a comienzos del 2000. En un comienzo, se concebía al autocontrol como un recurso cognitivo limitado y, por ende, cuanto más se ejercita, más se agota. La literatura científica en economía conductual utiliza varios tipos de manipulaciones cognitivas típicas de juegos económicos para mostrar el efecto del agotamiento del ego sobre el comportamiento. Por ejemplo, menor empatía hacia los demás, menor tendencia a actuar de forma altruista, o mayor propensión a la agresión.

En los últimos años, esta teoría fue criticada. Estudios posteriores mostraron que no siempre se logró reproducir el efecto del "consumo" de fuerza de voluntad en quienes realizan tareas cognitivas extenuantes. Además, los correlatos cerebrales de este efecto siguen siendo oscuros.

Añadir la perspectiva neurocientífica

El nuevo estudio aborda este clásico problema pero le añade la perspectiva neurocientífica. La investigación sobre el sueño identificó un fenómeno llamado "sueño local", que se produce cuando en algunas zonas del cerebro del individuo despierto comienza a aparecer en el EEG una actividad neuronal típica del sueño: las ondas delta. Esto ocurre, sobre todo, en casos de fatiga mental.

"Nuestra hipótesis de partida era que el sueño local sería la manifestación neuronal del fenómeno del agotamiento del ego conocido en psicología", señalaron los expertos.

Para corroborar dicha hipótesis, los investigadores sometieron a sujetos a unas tareas de fatiga cognitiva de una hora de duración para hacer más evidente el efecto potencial. Quienes participaron en estos juegos económicos se sometían a distintos grados de agresividad y cooperación.

En comparación a un grupo de control no sometido a fatiga cognitiva, los que sí lo hicieron se mostraron significativamente menos cooperativos y más hostiles. La tasa de cooperación pacífica descendió del 86% en el grupo "sin fatiga" al 41% en el grupo "con fatiga".

Todos los participantes fueron sometidos a un electroencefalograma mientras jugaban a estos juegos. Según la hipótesis del estudio, en los individuos fatigados se observaron zonas con ondas típicas del sueño en zonas de la corteza frontal, completamente ausentes en otras.

"Nuestro estudio demuestra que la fatiga mental tiene un efecto medible en el comportamiento. Cuando se establece un cierto grado de fatiga, las personas son más propensas a comportarse de forma hostil", indicaron.

El fenómeno en cuestión se vincula a tres comportamientos claros:

-Mayor impulsividad y toma de decisiones menos racionales.

-Menor disposición para cooperar con los demás.

-Aumentos de comportamientos agresivos o autoritarios.

"En general, estos hallazgos tienen implicaciones importantes para múltiples situaciones de la vida cotidiana, incluidas las transacciones económicas y los acuerdos legales debido a que demuestran que, cuando el cerebro está 'cansado', podemos tomar decisiones que van incluso en contra de nuestros propios intereses. Esto es lo que la gente hace también en la mayoría de actos delictivos", concluyeron.

Fuente: Infosalus.