Hace 35 años, Virus lanzaba Locura, su quinto disco de estudio, el álbum que los puso en otro plano de popularidad a partir de temas como como "Pronta entrega", "Una luna de miel en la mano" y "Sin disfraz".

La placa –que originalmente se iba a llamar Pecados– se grabó en los estudios SIC Americana (Buenos Aires), se mezcló en Sound Ideas (Nueva York) y contó con el bajista Cachorro López como invitado.

Ya sin Ricardo Serra y con Daniel Sbarra en las fotos, la continuidad del grupo platense estaba marcada por los hermanos Federico, Marcelo y Julio Moura, Mario Serra y Quique Mugetti 

Locura continuó con cierta búsqueda sonora iniciada en Relax (1984) pero en clave expasiva para los teclados. El álbum no sólo sonaba bien sino que también vendía, montado en hits que se cantaban en casi en todas partes.

“Ibas a un taller mecánico o a una oficina y estaban escuchando «Luna de miel». Mucha gente no entendía las letras, no sabía de qué se trataba. Simplemente se les pegaban y las cantaban”, cuenta el baterista Mario Serra en el libro Virus: una generación, de Daniel Riera y Fernando Sánchez.

"A veces voy donde reina el mal. Es mi lugar. Llego sin disfraz" ("Sin disfraz", Federico Moura y Roberto Jacoby)

El sexo y el amor más allá de heteronormatividad hilvanan letras de canciones en las que también hay voyeurismo, un retrato de la culpa normalizada (“Pecados para dos”), deseo (“Pronta entrega”), angustia, y hasta se habla del vínculo con la televisión –que hoy aplicaría para plataformas y redes sociales– como si se tratara de una relación amorosa ("Dicha feliz").

En Locura, Virus plasmó en clave synthpop una mirada crítica sobre el machismo. Y vendió más de 200 mil copias de un amoroso retrato de la diversidad. 

"Si hay un elemento a rescatar en el rock es el espíritu de ruptura". Federico Moura.