El equipo de El Tres fue echado de Pami 2, ubicado en Olivé 1159, este jueves a la mañana por personal de la Policía Federal en el marco de una cobertura periodística. Un agente aseguró que las notas solo pueden realizarse afuera del predio. La indignación de los afiliados por las demoras para sacar turnos al aire libre en una jornada fría.

La periodista Almudena Munera debió retirarse del predio de Arroyito al que fue para hacer notas a los usuarios de Pami que se quejaban por la espera de horas a la que estaban sometidos para poder adquirir un turno médico. Según señalaron varios afiliados consultados, había inconvenientes para ejecutar ese trámite vía web y tampoco se podía concretar por teléfono.

Mientras Almudena le prestaba atención a los padecimientos de las personas mayores por tener que aguardar durante más dos horas, estando expuestos a la baja temperatura y el viento que imperan esta jornada, agentes policiales se acercaron y la obligaron a salir.

“Es un instituto privado, perdón, público y por ende no pueden estar los medios”, sostuvo el policía a modo de explicación. “Afuera no hay problemas”, respondió ante la requisitoria periodística. De esta forma, el equipo de Televisión Litoral tuvo que cortar la nota en vivo e irse. Cabe señalar que las delegaciones de Pami en la ciudad no tienen autonomía en la comunicación con medios, que es conducida desde Buenos Aires.

Almudena pidió explicaciones al efectivo (Captura TV)

Este mediodía, en tanto, la periodista regresó al predio de zona norte. El panorama había cambiado ya que, afortunadamente, muchos afiliados fueron atendidos y pudieron regresar a sus hogares. Edgardo, uno de los jubilados que estaba aún en el lugar, habló con De 12 a 14 (El Tres): “Una vez por mes dan turnos para las especialidades. Lo de hoy fue en un lugar inhóspito. Yo puedo andar, pero había gente con bastones. Yo llegué a las 5.30 y alrededor de las 8.15 me dieron el número 219”.

El afiliado estimó que esta mañana se amucharon unos 200 ancianos. Algunos, en medio de la larga espera y el frío, se pelearon. “Los doctores y la gente que atiende son muy buenos, hacen lo imposible, pero no hay más capacidad”, observó.