Antonio Tosca Luque nació en Rosario el 2 de julio de 1933. Para muchos es un personaje anónimo, aunque también es ciertamente un hacedor de la ciudad y una especie de arquitecto invisible y silencioso de la restauración de la Fuente de los Españoles, la fontana de mayólicas más grande del mundo fuera del territorio ibérico que está emplazada en el Parque de la Indendencia desde 1925. Este descendiente de italianos por parte de su padre, y de españoles de Andalucía y Navarra por el lado materno, fue un gran impulsor de la restauración de la monumental pieza, que es reinaugurada luego de décadas de desidia y abandono. 

Hay una fotografía que Tosca cree haber perdido, pero que conserva grabada en su prodigiosa memoria. En la imagen hay dos niños –él y su hermano Carlos Alberto, dos años mayor,  y una mujer, Carolina, su mamá– en los banquitos de la Fuente de los Españoles. “Mi madre nos llevaba, éramos dos chiquitines con esos trajecitos de pantalones largos, todo de blanco como marinerito y con chaquetilla”, le cuenta a Rosario3 mientras bucea por su mente sentado en el living de su departamento en barrio Lourdes. 

Los bancos que menciona son seis en total y representan a las regiones de Toledo, Galicia, Aragón, Asturias, Andalucía y el País Vasco. Cada uno tiene escenas de danzas y costumbres populares.

Uno de los bancos de la fuente. (Archivo fotográfico del Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich)

Fue a mediados de la década del 30 y es su más viejo recuerdo con la obra. Lamenta que se haya extraviado –lo cree, no está seguro– esa foto. “El domingo (por hoy) si Dios quiere me la voy a poder sacar”, dice y le brillan los ojos chiquitos y verdes. 

Es que para Antonio el corte de cintas de esta tarde es mucho más que una mera formalidad. Significa cerrar un círculo, reconectar con la historia de sus antepasados españoles y con la propia, volver a pensar en Sara –su esposa descendiente de los catalanes Olives, que falleció en junio de este año y a la que extraña y recuerda cada día– y en sus tres hijos.

(Archivo fotográfico del Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich)

Un viaje y un encuentro fortuito 


Fue entre finales de 1999 y comienzos de 2000, en medio del cambio de siglo y milenio. “En aquella época disponíamos de un dinerillo por la venta de una propiedad y no sabíamos cómo invertirlo, vivirlo o gozarlo”, explica Antonio sobre el paso previo a tomar la decisión junto a Sara de que lo mejor era usarlo para viajar, conocer los lugares donde vivieron sus antepasados y recorrer el mundo. 

En un trayecto de Boston a Nueva York, en Estados Unidos, dos mujeres españolas suben a un colectivo y se sientan justo detrás de Tosca, que habla con un amigo argentino. Siente que le tocan el hombro, se da vuelta y les preguntan: “Oye, ¿vosotros sois argentinos?”. Antonio responde afirmativamente y les cuenta que, además, son descendientes de españoles. 

“Le hago la pregunta porque allá en Argentina, en Rosario, nuestro abuelo –dice una de las turistas– hizo una fuente que fue la más grande del mundo y la titularon Fuente de los Españoles”. Tosca abre los ojos asombrado: “Dije, «Dios me las manda, no me digan que ustedes son las nietas de Juan Ruiz de Luna Rojas»”.

Tosca con su boina típica de Navarra. (Rosario3)

Ruiz de Luna Rojas (1863-1945) fue el legendario ceramista de Talavera de la Reina, en Toledo, condecorado por el Rey Alfonso XII –llamado “el Pacificador”– como el mejor botijero español. Y el artista que hizo la Fuente de los Españoles, uno de los tesoros del Rosedal del Parque de la Independencia, el espacio verde más grande Rosario y fruto del imaginario del paisajista Carlos Thays.

Sus dos nietas conocen de manera fortuita a Antonio, que en ese encuentro empieza a ver una oportunidad de salvación para la histórica pieza, para ese momento ya bastante deteriorada por el paso del tiempo. Les pidió a las hermanas un contacto de la familia y las mujeres le contaron que Alfredo Ruiz de Luna, su hermano, es quien está a cargo de la famosa cerámica. Se bajó del colectivo con una dirección de correo electrónico anotada en un papel. 

La cruzada empieza con un mail


Con el dato y un entusiasmo que realmente lo desbordaba, Tosca transformó en un sueño y desafío personal conseguir los medios necesarios para que la fuente sea restaurada a su estado original, ese que tanto le llamó la atención desde niño. Contactó al nieto de Ruiz de Luna Rojas por correo electrónico y vio en él la posibilidad de acceder a las piezas originales para recomponer fielmente la obra. 

“Era el único monumento de esas dimensiones en su género y lo teníamos en Rosario”, explica. Pero el comienzo de esa ilusión también fue el inicio de una lucha que iba a durar más de 20 años, porque si bien el municipio mostraba “buena voluntad” para hacer la restauración el problema fue que nunca había dinero para hacerla.

Gestionó –sin éxito– subsidios a nivel local e internacional por intermedio de la Embajada y el Consulado español. Hasta que, por consejo de Alfredo, ahora a cargo de la empresa, en 2012 pagó de su bolsillo un viaje a Madrid para encontrarse personalmente con el nieto del Ruiz de Luna. Llevó consigo videos e imágenes de las piezas averiadas para ver si tenían reemplazo. Le explicó que no había respuestos, que iba a ser necesario fabricarlos directamente en Argentina.

A la Fuente de los Españoles le faltaban numerosas piezas que fueron robadas o sufrieron roturas. (Alan Monzón/Rosario3)

El problema seguía siendo económico. Alfredo se ofreció a viajar a Rosario y quedarse seis meses para dirigir la obra sin ningún cargo, pagándose su estadía, el pasaje y los viáticos. “Como una donación a la ciudad”, le dijo. Con el compromiso y “anhelo” de arreglar la fuente, Tosca regresó con esa propuesta, pero sin fondos ni financiamiento para concretar la obra. 

Recién en 2015 el entonces gobernador y exintendente Miguel Lifschitz le otorgó un subsidio de la provincia por 5 millones de pesos. En 2016 se dio luz verde a la restauración y se abrió el proceso licitatorio. En 2017 la obra fue adjudicada a la empresa constructora Melting SRL. Tosca firmó el convenio en representación de las colectividades españolas. Pero empezó otro capítulo dilatorio. 

La Municipalidad rechazó la propuesta de Alfredo Ruiz de Luna y argumentó que el problema, en realidad, era la falta de fondos. Los adjudicados en el presupuesto de la obra, con el paso de los meses, se fueron licuando por la alta inflación argentina y los trabajos se paralizaron en 2019. Después llegaron la pandemia y el confinamiento. Y la restauración de la fuente quedó inconclusa, con un avance cercano al 55 por ciento. 

En octubre del 2021 la empresa que había ganado la licitación, Melting SRL, paralizó de forma definitiva la restauración y en diciembre del 2022 el municipio optó por rescindir el contrato. Según explicaron desde el Ejecutivo, la firma en cuestión fue adjudicada en junio del 2017 para la recuperación de la fuente. Esta tarea tenía prevista una inversión de 7.314.772 de pesos por parte del municipio.

Una parte de la Fuente de los Españoles, antes de la restauración de la familia Fantoni. (Alan Monzón/Rosario3)

Una vez que se hizo firmó el contrato, Melting recibió una parte del dinero y subcontrató a un artesano que se iba a hacer cargo de buena parte del trabajo. Pero a fines del 2018 la obra se frenó por problemas con el pago al restaurador, algo que se reiteró nuevamente a fines del 2019.

Con el inicio de la pandemia en 2020 se acordó que en mayo del 2021 se iban a retomar los trabajos de restauración, pero en octubre del 2021 el subcontratista dejó de prestar su servicio ante la falta de pagos por parte de la empresa.

Desde ese momento, la fuente quedó abandonada y solo resguardada por un cerco perimetral. Recién en diciembre del 2022, más de un año después, el municipio determinó la rescisión del contrato por incumplimiento y en mayo del 2023 se publicó un nuevo pliego licitatorio para retomar los trabajos.

Tosca, que a lo largo de su vida fue presidente de la Federación de Asociaciones Españolas de Santa Fe, presidente del Centro Navarro de Rosario y vicepresidente de la Asociación de Colectividades de Rosario, nunca bajó los brazos. Siguió hablando con todas las personas que, de una u otra forma, podían darle un empujón más al proyecto.

Finalmente, el grupo Fantoni, una empresa familiar que lleva tres generaciones en Rosario, fue el encargado de llevar a cabo el trabajo de hormiga que implicó la restauración de la obra, terminada el pasado 24 de septiembre. 

La de los Españoles es una fuente "superviviente". Ha sufrido los embates climáticos a lo largo de los años, el poco mantenimiento, dos principios de incendio por parte de personas en situación de calle que se guarecieron entre sus mosaicos, y los destrozos causados por los hinchas Gimnasia un año atrás.

La foto que sí guarda y la que falta


Antonio considera que todos los intendentes que pasaron en las últimas dos décadas –Lifschitz, Mónica Fein y el actual Pablo Javkin– tuvieron buena voluntad y comprendieron la importancia de la fuente no sólo para la colectividad española sino para Rosario. Ya no quiere enojarse con nadie. Aunque hubiera deseado que se terminara mucho tiempo antes, que se reinaugure este domingo “es un sueño” cumplido. 

“La satisfacción va a ser no pasar a mejor vida sin ver la fuente restaurada”, cuenta y dice que Javkin se lo prometió. En su teléfono, Tosca guarda una foto escaneada de una mujer con una nena en brazos en los bancos, en el mismo lugar donde él posó con su mamá y su hermano. La muestra mientras levanta el celular: “Es mi señora y mi chiquita mayor, que ya tiene casi 60 años, en ese momento tenía cuatro”. No recuerda el año exacto en el que la tomaron. Cree que fue “hace 50 o 55 años”. 

Sara, la esposa de Antonio, junto a a la hija mayor (en brazos) del matrimonio en la Fuente de los Españoles. 

Este domingo, como dice Antonio “si el clima acompaña”, se va a poder sacar la foto con la Fuente de los Españoles restaurada y reinaugurada, casi un siglo después de aquella primera vez en la que fue con su mamá, de esa imagen que no sabe dónde está pero que tiene dibujada en la memoria. Será otro recuerdo para atesorar. “Tarea cumplida”, dice mientras golpea la mesa con ambas palmas.

La Fuente de los Españoles


Fue un obsequio de la colectividad española en octubre de 1925, en el marco de la celebración del bicentenario que conmemora la designación de Francisco de Frías como alcalde de la Hermandad para el Pago de los Arroyos. La donación incluyó, además, otra fuente similar, pero de menor tamaño, que se encuentra en el Hospital Español (Sarmiento y Gaboto).

Posee dieciocho metros de diámetro, doce bocas de agua y un surtidor central que eleva el agua a seis metros de altura. Con más de 8000 piezas pintadas a mano, se constituye como una de las fuentes más grandes del mundo salida del alfar de Talavera de la Reina, España.

En octubre de 2024 se completó una ambiciosa restauración que incluyó la taza principal, el primer y segundo anillo, y el pilón central, con sus respectivas piezas cerámicas. Además, se realizó la refacción y puesta en valor de los bancos y pisos perimetrales, así como la recuperación del sistema hidráulico decorativo y de la iluminación ornamental del conjunto.

Junto al Complejo Cultural Parque de España (CCPE), una de las obras arquitectónicas más icónicas de Rosario, inaugurada en 1992 y financiada por el gobierno español en el marco de los 500 años de la colonización, la fuente es uno de esos puentes invisibles que conectan a Rosario y Argentina con España.