El oeste rosarino se pone amarillo porque el sol empieza a irse en este miércoles en el que la lucha ambiental tendrá uno de los actos más masivos de su historia. Desde el este, detrás del Monumento a la Bandera, irrumpe el humo de varios focos de fuego en las islas. El más denso está bien enfrente de donde empieza la concentración, a las seis de la tarde. La luna parece alejarse de la columna gris que no cruza el Paraná y se abre paso hacia el sur.
Lo primero que ven los que vienen a gritar “no a las quemas en el humedal”, cuando bajan por calle Córdoba, es esa quema. “Estos focos son a propósito”, repiten pero no dejan de marchar. Avanzan como un ejército dispuesto a chocar con ese humo no tan lejano, la manifestación de un ecocidio que ya lleva más de dos años, extendido por la doble sequía, la del Paraná y la de acciones coordinadas del Estado (de los distintos poderes del Estado).
La recepción es hostil pero el acto se nutre de muchos jóvenes que llegan a pie o en bicicleta, organizaciones ambientales con carteles, y sindicales o políticas con banderas. Una clase media urbana con conciencia ambiental o harta del humo (y también la violencia). “Basta de fuego. Basta de políticos que se hacen humo”, dice un cartón pintado que trajo una familia de Ramallo. Hay representantes de San Nicolás y otras localidades afectadas.
En la radio abierta se escuchan consignas pero como los oradores quedan mirando hacia los focos en las islas no pueden obviar el presente. “Esta tremenda provocación”, dice por ejemplo Matías De Bueno, director del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y sigue: “Es mentira que los gobiernos no pueden actuar, está el Piecas y lo ordenó la Corte Suprema”.
Sebastián Martínez, de la Multisectorial por los humedales, toma el micrófono con una pechera de abeja, otra de las víctimas del fuego en el Delta. Les pide a los que sumaron hoy que acompañen el reclamo. “No hay que ser ambientalista, hay que ser conciente. Cuando tengan bronca porque los políticos no hacen nada, salgan, la bronca tiene que servir para algo”, dice e invita a un corte del puente Rosario Victoria con acampe que se hará el próximo 3 y 4 de septiembre.
Esa convocatoria genera un primer debate, un cruce que seguirá más tarde en la asamblea para definir acciones concretas. Sebastián comunica que esa será una manifestación federal (ya definida) y que se organizará en paralelo a otros actos ese fin de semana. Otras voces, como la de Verónica Carrizo, de Alerta Roja Ambiental, pide hacer algo urgente: “No hay tiempo, hay que cortar el puente este mismo fin de semana”.
El humo como un mensaje: ¿qué mensaje?
Las propuestas son muchas, como el humo que no se detiene. Todos hablan de provocación, de un mensaje. El fuego empezó un rato antes del acto y casi en línea recta al Monumento. ¿Un mensaje de quiénes y para decir qué?
Sebastián, el joven abeja, no duda que el foco “es a propósito, más temprano no estaba y es evidente que es contra la movilización”. “Son los sectores que se oponen a la ley de humedales, que quieren hacer otro tipo de uso del territorio. Estos incendios los hacen en lugares de acceso difícil y es sistemático”, afirma.
"Estoy cansada de este humo, cansada, de las nebus, de los remedios", grita Macarena, una nena asmática que tiene pegada una tira de pastillas en la frente y una caja de remedio en la cabeza. El auditorio ruge con ella.
“No es casual, son los sectores que queman porque tienen impunidad, porque ven que se puede y nadie los para. Es mentira que no hay recursos, no lo hacen porque tienen una concepción extractivista y el primero es Bordet, el gobernador de Entre Ríos”, apunta Octavio Crivaro, dirigente de izquierda.
Hasta el gobernador Omar Perotti lo entendió así y se comunicó con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, por “un claro ejemplo de intencionalidad, que fomenta el caos”.
Hay algún cartel contra el intendente Pablo Javkin (“Javkin inútil”) y contra Perotti. También un hombre se pasea con la foto de un juez federal de Entre Ríos y otro más acusa de “asesino y ecocida” al ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandie. La bronca asoma en los discursos también pero lo que flota es otra cosa, es una desconfianza generalizada con las autoridades.
No es solo bronca. Pareciera que la etapa de reclamar ya queda atrás y esta noche se debaten acciones concretas, formas de autoorganización para empujar la reacción.
El Concejo será querellante, las causas no avanzan
Ni Javkin ni Perotti participan de la movilización pero sí hay asesores y secretarios de la Municipalidad, además de concejales de distintos partidos.
“Yo vengo a escuchar, no hay que sumar humo al humo”, dice a Rosario3 el edil cronista Lisandro Cavatorta y sigue: “Veo que es una manifestación de gente informada, que sabe de jurisdicciones y que le reclama a la Justicia. El fuego de fondo me parece que es parte de la impunidad porque a Entre Ríos no le interesa, las islas son su patio trasero, y los productores hacen lo que quieren”.
También está Luz Ferradas, la presidenta de la comisión de Ecología del Concejo, y su par y abogada Jesica Pellegrini, de Ciudad Futura. Cuentan que se reunieron con el fiscal federal Claudio Kishimoto, que tomó las dos causas por los incendios (de 2020 contra Baggio y la más reciente de julio de 2022), y que el Concejo será querellante en ambas para aportar material y seguir las causas.
Pero es el cuarto fiscal que reinicia el trabajo judicial y ellas también ven como en el plano institucional el tema siempre parece volver a empezar, o no termina de activarse nunca.
De Piripincho al Estado sin respuestas
De pronto, en medio de la masa, una chica vestida de negro se prende fuego el sombrero. Es un humedal en llamas y todos la rodean para sacarle fotos. De golpe, se lo saca, lo tira contra el piso y se apaga. Pega un grito. Todos aplauden. No es la única que apuesta al arte para denunciar.
Por allá irrumpe Piripincho con su grupo de teatro y unos carteles que reversionan las pintadas que agitaron a Rosario el lunes a la noche. Espera su turno para hablar, toma el micrófono y traduce su grafiti: “Acá tengo a la brigada de alcaucil y solo quiero decir: menos violencia y humo, más corazón de alcaucil”.
La frase “Plomo y humo” también está presente en otros carteles esta noche. Se funde con el pedido de una ley de humedales. Son casi las ocho y Piripincho arranca una ovación alegre entre los que siguen el debate, al pie del mástil mayor y de cara al Parque a la Bandera.
La multitud desborda hacia los costados y sube por calle Córdoba, donde reinan los tambores del candombe afrouruguayo. Empieza una desconcentración lenta.
“Es muy grande el acto, las convocatorias del medio ambiente no tienen esta magnitud, es impresionante”, define Romina Araguas, del Paraná no se toca.
Rodolfo Martínez, de la Multisectorial, dice que un “evento tan grande y masivo fue la movilización en el puente años atrás, donde unas 5.000 personas lo cortaron”. Y amplía: “Es muy bueno encontrarnos todos, también fue clave la participación de las familias de víctimas de inseguridad porque estamos ante un Estado que no garantiza el cumplimiento de la ley. Entonces es un gobierno y un Poder Judicial que no sirven, todo lo que estudiamos en la escuela queda obsoleto, a menos que respondan”.
“Hoy fue en el Monumento y espontaneo pero esto continúa”, agrega. La noche oculta el humo pero el foco que se ve como un globo naranja sobre el humedal avisa que es verdad, el fuego sigue ahí.
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