Luego de quitarse la presión de ganar su primer partido del año, Rosario Central quería ratificar su levantada contra Independiente en Avellaneda, pero el Canalla de Miguel Russo tuvo otra mala noche fuera de casa y perdió 1-0 por un gol de Federico Mancuello en el primer tiempo. Tobías Cervera tuvo el empate en la última jugada, aunque se topó con una respuesta formidable del arquero Rodrigo Rey.

La primera clara fue para el Rojo antes de los 10 minutos. El equipo de Tevez movió la pelota de derecha a izquierda, en zona de tres cuartos, y Pérez lanzó un centro de zurda para Ávalos, que anticipó a los centrales canallas pero cabeceó apenas desviado. 

Fue un anticipo de cómo serían los primeros pasajes del partido. Independiente, con el control de la pelota y la iniciativa, le ganó el mediocampo y las divididas a Central. Al conjunto de Russo le costó hacer pie, tuvo problemas en el retroceso defensivo y casi nulo peso en ataque. Le faltó audacia.

El tándem Ortiz-Martínez fue superado en el medio y eso le facilitó al equipo del Apache explotar los laterales, y las espaldas de Lovera y Campaz, a partir de la buena conducción de Mancuello. Así tuvo varias aproximaciones con cierto riesgo que no se concretaron porque no estuvo fino para la puntada final. 

Un Central sin la pelota y algo inconexo en ataque respondió, sin embargo, cerca de la media hora: un balón largo puso mano a mano a Cervera contra Laso, el punta lo dejó en el camino con un caño y definió ante la salida de Rey, pero su remate salió besando el palo derecho. Hasta ese momento, había sido la jugada más clara del partido y podría haber cambiado el desarrollo.

Fue apenas una ilusión porque, un rato después, el Rojo volvió a acelerar y consiguió quebrar el cero tras una pérdida del Canalla en el medio y la aparición de Mancuello en el punto penal. El volante remató, Broun le tapó el primer tiro y el rebote le quedó servido para empujarla al fondo del arco. 

Central salió a jugar el complemento sin cambios pero con algo más de actitud e iniciativa. Russo adelantó al equipo y eso le permitió manejar la pelota en zonas más propicias para lograr lastimar al Rojo. Sin embargo, en el primer cuarto de hora chocó siempre contra una férrea defensa rival.

Por eso, el técnico auriazul hizo las primeras variantes. Entraron Jonathan Gómez y Ocampo para intentar darle al equipo el vuelo y la profundidad que, hasta allí, no había tenido. Pero no fue suficiente porque el equipo careció de reacción, al menos en la medida que lo necesitaba para cambiar la historia en Avellaneda, en gran parte debido a que Malcorra, Campaz y Lovera no funcionaron.

El Canalla siguió buscando la igualdad, pese a que nunca tuvo demasiado claro cuál era el mejor camino, y Cervera tuvo el empate en sus pies en el último minuto, pero se topó con una respuesta formidable del arquero Rey, que le ahogó el grito.

En el rebote, los auriazules lograron convertir, aunque el árbitro sancionó una falta de Quintana al guardameta –saltaron a la par en busca del balón– que hizo estallar a Russo y a todo el equipo en reclamo por la decisión. Un final caliente y con polémica.

El tiempo se agotó para Central y el resultado le volvió a dar la espalda después de otra noche en la que estuvo lejos de sus mejores versiones. El arranque irregular, con dos caídas, dos empates y una victoria (5 puntos de 15 en juego), lo relegan en la tabla y lo obligan a reducir el margen de error de cara a las próximas fechas.