Atlético del Rosario realizará un homenaje a los héroes de la Primera Guerra Mundial que pasaron por el club. El tributo se realizará este sábado 16 de noviembre desde las 19 y contará con la presencia del maestro Fernando Ciraolo, guiando al Coro de la Casa Suiza de Rosario, a la Orquesta sinfónica Juvenil "Proyecto joven" y al Coro del Jockey Club de Rosario Solista Juana Piazza. 

Esta celebración, que tuvo un episodio similar en 2016, trae su origen del día y hora a la que se firmó el Armisticio de 1918, que marcó el ‘stilling of arms’ (brazos quietos) y llevó al final formal a la Primera Guerra Mundial (WW1) finalmente firmado en 1919. Así reza su orden de establecimiento: “At the eleventh hour on the eleventh day of the eleventh month” (a las once, del día once, del undécimo mes).

Para ello se decidió revisar los Libros de Actas del club desde 1888 hasta 1945 para
verificar fehacientemente la participación de cada miembro del Club en ambos conflictos.

Desde la Sub Comisión de Historia y Museo, expresaron que el homenaje sirve para concientizar sobre lo que vivieron más de 20 países y cerca de 65.000.000 de soldados, quienes muchos nunca regresaron a casa y, de los que pudieron hacerlo, casi millones padecieron secuelas físicas o psíquicas, y otros tuvieron incapacidad permanente.

"No cabe duda que un país que se precie, nunca debe olvidar a los que dieron su muerte por la paz y libertad de todos, sus caídos. «If we are to maintain our peace and freedom, we must always remember»".

"Pero el Remembrance Day no solo rinde homenaje a los caídos en la WW1, sino a todos los que, desde entonces, han dado su vida por su país en todos los conflictos mundiales que aún hoy padecemos. Es un auténtico acto de reflexión nacional, para aprender del pasado, cómo construir un mundo mejor en el que vivir el futuro", agregaron.

Millones de ciudadanos, sobre todo en países anglosajones, que incluyen entre otros: Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, India, Sudáfrica, y Francia, cada año, dejan sus quehaceres a las 11 horas, del día 11 del mes 11, y, hacen un alto en sus obligaciones para cumplir con la tradición: 2 minutos de silencio y prender en su ropa una amapola roja.

Los actos oficiales del homenaje nacional a los Caídos, por ejemplo en Inglaterra y sus Colonias, son auspiciados y dirigidos por The Royal British Legion. Esta Organización benéfica, fundada en 1921, se encarga de prestar ayudar a los militares heridos o impedidos, a sus familias y, si fallecen, a sus huérfanos.

Para la celebración anual, se encarga de organizar The annual Poppy Appeal, con la que logra recaudar casi la mitad de sus fondos. The Cenotaph Parade and Service, misa con desfile conmemorativo y homenaje a los Caídos que se celebra en Whitehall.

¿Y por qué las amapolas rojas, las poppies? Algunos de los combates más sangrientos de la Primera Guerra Mundial tuvieron lugar en las regiones belgas de Flandes y Picardy, además de las del norte de Francia. En la ciudad flamenca de Ypres, enclave estratégico para ambos bandos, los alemanes lanzaron los primeros ataques químicos masivos, obligando a evacuar a toda la población. En ella, cinco sangrientas batallas, entre 1914 y 1918, perdieron la vida unos 300.000 soldados, en su mayoría británicos y de otros países de la Commonwealth.

Tras una auténtica devastación de sus campos y tierras, lo único que crecía en Ypres, eran las amapolas rojas. Desolado por la pérdida en combate de su gran amigo, en la primavera de 1915, el teniente coronel John McCrae -miembro del escalón médico canadiense- escribiría In Flanders’ Fields (En los campos de Flandes) un poema inspirado en el color de las amapolas que, a pesar de tanta desolación, teñían de rojo los campos de batalla.

El poema de McCrae, publicado en la revista “The Punch” en Dic de 1915, inspiró al académico estadounidense, Moina Michael, que fabricó unas amapolas rojas de seda hechas a mano, adorno introducido poco después en Inglaterra por Anna Guerin, una empresaria francesa. The Royal British Legion, para celebrar su primer Remembrance Day, en 1921, compró 9 millones de las amapolas; el éxito fue tal que se agotaron, con lo que logró recaudar más de 106.000 libras para financiar sus actividades sociales y benéficas. Así nació el ‘Poppy Appeal’.

La amapola es un símbolo de homenaje y esperanza, no es un símbolo de muerte o apoyo a la guerra; ni un símbolo político o religioso, es un símbolo de respeto para recordar a los caídos, cuyo color rojo nos recuerda que su sangre no se derramó de forma baldía, sino para lograr la paz y libertad de las siguientes generaciones.