Cuando tenemos el armario lleno a rebosar es imposible que entre más ropa. Pero si empezamos a vaciarlo seremos capaces de ver aquello que tenemos y aquello que nos gustaría tener.

Muchas veces no tenemos tiempo para ordenar y algunas veces descubrimos que necesitamos aquello que ya no tenemos, así que no ordenamos por si acaso. Y como para ordenar necesitamos primero desordenar… ¡no nos ponemos nunca!

Así que te daremos algunos tips que podés tener en cuenta para elegir tu ropa y comenzar a decirle adiós.

- Ropa muy antigua

Es cierto que las prendas de jean no pasarán de moda, aunque los años sigan pasando, sin embargo esto no es igual para todas las prendas. Aquella falda que usabas en la secundaria seguramente no la volverás a usar.

- Ropa que no podés reparar

Las prendas que tienen manchas imposibles de sacar, o que están rotas y no podés darle algún giro para sacarle provecho, es mejor decirles adiós. Incluso podrías donarla, pero si ya no combina, es mejor ya no tenerla más.

- Ropa que no es de tu talle

Aunque lo oversize está de moda, para este tipo de prendas también hay talles que nos ayudarán a favorecernos, pero si por el contrario tenés una blusa que verdaderamente te queda grande y no te favorece, a decirle adiós. Lo mismo para las prendas que te quedan muy pequeñas o que, realmente, son dos talles menos que vos, no las volverás a usar.

- Aquello que no te haga feliz

Como lo dice Marie Kondo, todo aquello que no te transmita felicidad es mejor que lo saqués de tu vida, y esto no solo aplica para las personas, también para lo que puedas tener dentro de tu armario. Así que si tenés prendas o accesorios que al ponértelos no te hacen sentir feliz, deciles adiós.

Eliminá lo que no necesitás en tu vida; empezá por tu placard.