Con costumbres y hábitos que, en muchos casos, se ligan cada vez más a la sustentabilidad; aquello que funciona es compartido para que otros apliquen y corroboren los resultados. Esto sucede con las cáscaras de banana y la posibilidad de usarlas tras ingerir la fruta, sin necesidad de tirar aquello que sobró.
Para ello, quienes ya lo comprobaron asumen que al congelar las cáscaras se preservan grandes cantidades de nutrientes para el beneficio del desarrollo y crecimiento de las plantas. Una opción es preparar un fertilizante casero y económico.
Cómo usar la piel congelada de las bananas como fertilizante
-Paso 1: Colocar las cáscaras de banana en una bolsa hermética y guardar en el congelador. El hecho de estar congeladas hace que se rompan las paredes celulares y se liberen más nutrientes.
-Paso 2: Al contar con suficientes cáscaras, retirarlas del congelador y colocarlas en una olla grande con agua. Hervir a fuego medio durante 10 a 15 minutos para extraer el potasio, fósforo y otros nutrientes esenciales.
-Paso 3: Una vez pasado el tiempo y ya con el agua en tono marrón claro, apagar el fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente. Colar el líquido para separar las cáscaras.
-Paso 4: Colocar el té de cáscaras en un recipiente con tapa. Para usarlo, diluir una parte de este té con cinco partes de agua y colocar en las plantas.
Además de contribuir directamente con las plantas, las cáscaras de banana hacen lo propio en el suelo, aportando materia orgánica para mejorar su estructura y capacidad de retención de humedad. De esta forma, se logra un suelo más fértil y saludable.