Un “mint julep” con grillos, un “gimlet” que te duerme la lengua por la acción de la flor de Sichuan, una flor con aspecto de margarita deshojada que es eléctrica, o cócteles con sangre de pato. Estas son algunas de las radicales propuestas que se vieron recientemente en Mixologya, el Congreso Internacional de Bebidas y Destilados.

 

Bartenders y mixólogos de todos los rincones del Planeta lo tienen claro: su objetivo es convertir cada cóctel en una experiencia única e inolvidable. Se abstraen por completo de la premisa inicial de los cócteles, más asociada al componente alcohólico, y evolucionan hacia un concepto más próximo al sabor que subyace en la gastronomía a través de la creación de auténticas y evocadoras experiencias líquidas para los cinco sentidos. Te mostramos las tendencias que veremos, y que ya estamos viendo, en las barras de moda:

 

¿Cóctel o plato?

 

Como señalábamos al principio, la coctelería aprendió de la gastronomía y optó por dar un paso adelante y dejar de ofrecer meras recetas a base de mezclas no muy complejas entre alcohol y refrescos, a ofrecer cocina líquida. De ahí que no nos sorprenda degustar cócteles con ingredientes tan sorprendentes en coctelería como el queso, palomitas, tamarindos, coco, salsa agridulce, chiles chipotles o incluso mermeladas caseras.

 

Vuelven los clásicos

 

En cuanto al futuro de los cócteles clásicos, estos no van a desaparecer, sino que van a evolucionar, ya que no se puede renunciar a su importancia histórica y lo que representan en el imaginario de la mayoría de los consumidores. Sin embargo, muchos de ellos se van a sofisticar incorporándoles nuevos ingredientes y sirviéndolos en recipientes más sorprendentes para que este “viaje gastro-sensorial” sea único.

 

Coctelería “non stop”

 

Antes los cócteles se tomaban después de comer o de cenar, pero ahora no solo se incorporan en el aperitivo, sino que además forman parte del menú. Se convierten en preludios que preparan a nuestro paladar y a nuestro estómago para los siguientes bocados. La jerarquía de los horarios quedó en el pasado y ahora cualquier hora es buena para dejarse sorprender por un cóctel con fundamento.

 

Ingredientes poco usuales

 

Más allá de la incorporación de algunos ingredientes algo extravagantes como líquenes, hierbas silvestres o lechuga de mar, el mundo de la coctelería está diseñando  tragos muy innovadores con nuevos ingredientes.

En primer lugar a partir de alcoholes muy poco, o nada, usados en coctelería hasta ahora, como el sake o la absenta. Por otro lado, en lugar de combinarlos con los tradicionales refrescos, se están empleando zumos naturales de frutas exóticas, como el agua de coco que está irrumpiendo con fuerza. Vuelven algunos clásicos como el “bitter” o el “ginger ale”.

Por último, los cócteles ya no se endulzan con azúcar. La tendencia es emplear “chutneys” y encurtidos.

 

Sin alcohol

 

Era cuestión de tiempo que la fiebre saludable, que ya se ha asentó en la gastronomía, llegara al mundo de la coctelería. Las aguas “détox”, los “smoothies” de frutas y los batidos verdes con hortalizas se hacen cócteles. O, mejor dicho, los nuevos combinados incorporan alimentos como las semillas de chía, el alga espirulina o las bayas de açai, frutas, verduras e ingredientes llenos de propiedades nutricionales y antioxidantes como el té.

A estos cócteles sin alcohol se les denomina mócteles, que significa algo así como “cóctel simulado”.

Así, un “bloody mary” se prepara exactamente igual que su versión alcohólica, pero sin vodka, y un “gin-tonic” se elabora con té de rooibos en lugar de ginebra. No hay barra de moda que no incluya ya varios cócteles sin alcohol, originales y exclusivos.

 

Sin más, ahora solo queda que nos lancemos a probarlos y nos dejemos seducir por su personalidad, presencia y sabor.