Cuando se sabe que sólo 1 de cada 10 puestos de dirección son ocupados por mujeres, y que muchas de ellas tuvieron que resignar la maternidad en vistas de potenciar su carrera profesional, resulta relevante el contar con la experiencia de quienes conciliaron exitosamente la maternidad con el ejercicio de su profesión, y contar con herramientas y el aporte de nuevos puntos de vista para potenciar a la profesional y potenciar los resultados del negocio donde se desarrolla.

Definir cómo se conjugan maternidad y carrera resulta decisivo para la proyección de las mujeres en las empresas y promover su llegada a posiciones de liderazgo. Comprender que los hijos y los ascensos son compatibles, y que la maternidad puede capitalizarse en el ejercicio de la profesión, requiere de un proceso de profundo autoconocimiento y de acuerdos internos y externos donde el rol orientador de una mentora es clave.

 

Las cuatro etapas

 

El momtoring es un proceso que persigue la conciliación de las vidas profesional y personal de las madres. El punto de partida es la experiencia de la mentora, que contempla las necesidades de la mentorada, y trabaja con una visión estratégica a largo plazo potenciando sus nuevas habilidades. Se puede accionar en cuatro etapas diferentes:

1- El último trimestre del embarazo: aporta visión y ayuda en la preparación proactiva hacia la nueva realidad. ¿Qué semillas dejar sembradas antes de irse? ¿Cómo construir una plataforma de negociación que dará un margen mayor al ser madre?

2- El primer mes de maternidad: ayuda a conectarse con la identificación de los cambios del puerperio, para lograr de a poco el encuentro una misma (obviamente, estos encuentros son vía Skype).

 

3- La licencia: facilita la proyección y reconexión con el ámbito laboral, potenciando las habilidades ganadas en la maternidad para cobrar confianza y solidez al volver.

4- El primer trimestre laboral: ayuda para que en el regreso se tomen decisiones estratégicas y para sentirse motivada.

En cada etapa, el mentoreo trabaja en reuniones semanales de 45 minutos en las que son clave la empatía, la sinceridad y la conexión con una misma.

 

La maternidad te potencia

 

Se dice que, cuando sos madre, te gana el baby brain. ¿El qué? Es un cerebro seteado para mantenerte especialmente atenta a las necesidades de tu hijo, a su supervivencia, a identificar sus llantos, a reaccionar con agilidad. Al entrar en esta etapa, por un momento sentís que perdiste muchísimos conocimientos y aptitudes de tu vida anterior.

Lo cierto es que esta sensación, o realidad, dura solo unos meses. Pero luego, tu cerebro y tus capacidades se expanden. Sos mucho más poderosa y podés extrapolar todo lo que trajo la maternidad, también al trabajo. Pero esto es algo que ni las empresas (en general) ni los jefes y que a veces ni hasta las mismas madres pueden ver.

Por increíble que suene, para muchos empleadores la maternidad sigue siendo un problema. La empresa sabe que pierde un valor (o porque la madre renuncia o porque se estanca) y la mujer sabe que probablemente le van a freezar un aumento de sueldo o una determinada posición.

 

Madres empoderadas

 

El objetivo de volver empoderada de la licencia de maternidad es dar lo mejor de una. Y cuando vos das lo mejor, das mejores resultados, que es lo que más les interesa a tu jefe y a la empresa. Entonces, si el pedido es que necesitás trabajar una vez por semana desde tu casa, tenés que plantearlo con conciencia de que eso será lo mejor tanto para vos como para la compañía.

Ponerte en el lugar de tu jefe para llevarle una solución y no un problema: proponerle, por ejemplo, un esquema por objetivos y probarlo dos o tres meses para ver si les sirve a todos. Para tener más chances de que te den el beneficio, no solo es clave conocer las necesidades de tu jefe y de todo el equipo, sino también conocer bien tus fortalezas y hacerlas ver. Saber por qué vos sos importante para la compañía, tu diferencial, tu valor, y venderte bien.

 

¡Volvé con una cabeza más estratégica, sabiendo lo que querés y qué estás dispuesta a ceder!