¿Compartís escritorio, tenés el tuyo propio, te instalaron en un box o tenés una oficina para vos solo? En todos los casos el espacio, por muy reducido que sea, se puede hacer más acogedor. Eso sí, recordá dos cosas: hay algunas empresas que tienen ciertas restricciones al respecto, así es que asegurate de revisarlas antes de empezar, y también tené en cuenta que todos estos complementos te tienen que ayudar a ser más productivo y trabajar más a gusto, no a desconcentrarte.

El primer consejo puede parecer una obviedad, pero es muy importante que tu escritorio esté bien despejado y ordenado. Si no, todo lo que añadas sumará al caos y el efecto visual será terrible. Así es que recordá, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa.

A partir de ahí, ¡decoremos! Y ¿cómo?

  1. Maximizar el espacio

No importa que tan pequeño sea, la sensación de amplitud la darán la forma en que distribuyas tus muebles. Si el espacio con el que contás es pequeño te recomendamos usar escritorios flotantes o estanterías en la pared para optimizarlo.

  1. Buscar la luz natural

Si es posible ubicá tu lugar de trabajo cerca de una ventana para dejar entrar la luz natural, si el lugar es oscuro o trabajás más que todo en las noches, instalá una lámpara de techo y colocá otra lámpara en tu escritorio para tener suficiente luz, lo que evitará que te agotes facilmente. No te olvides de poner algunas plantas pequeñas que armonicen tu espacio.

  1. Definir un estilo

Minimalista, vintage, o rústico, tu espacio de trabajo debe tener una identidad y estar equilibrado, de lo contrario, te sentirás ajena en tu propio espacio ya que lo que obtendrás será una mezcla de estilos que no hablan de tu personalidad.

  1. Decorar con elementos que te traigan recuerdos positivos

Las postales de tu último viaje, un mueble que heredaste de tu abuela, un cuadro con una frase inspiracional, algunos libros relacionados con tu trabajo, un tablero que pintaste vos misma, todas estas cosas le darán vida a tu espacio y te llenarán de buena energía. Utilizá pintura para hacer tus tableros de tiza o marcador, instalá un corcho para poner tus recordatorios y procurá que todo objeto en tu escritorio cuente una historia.

  1. ¿Conocés la aromaterapia?

Los olores estimulan la actividad mental y la creatividad. De acuerdo con la aromaterapia, los aromas cítricos ayudan a la memoria y el buen ánimo, la menta para la energía y el romero y el jazmín para el positivismo y el cansancio.  Los más recomendables son los aceites naturales o las velas aromáticas que emanan un olor menos fuerte que el de los ambientadores comunes.

  1. Invertir en tus muebles

Así como invertimos en nuestro armario debemos invertir en nuestro estudio o lugar de trabajo. Si te pegás todo el tiempo en las rodillas con tu escritorio, entonces será mejor pensar en otra opción y si querés conservar la salud de tu espalda, una silla ergonómica es lo ideal. Pero no te preocupes, no tenés que sacrificar la estética, existen muchas opciones de mobiliario para elegir.

  1. Fijarse en la pintura

El blanco no falla en estos casos. Te aporta luz y hace que tu lugar se vea limpio y sobrio, pero para las más coloridas existen otras opciones que no alteran la tranquilidad del espacio como el azul o el verde. Lo que en cambio debés evitar es la prevalencia de colores fuertes como el negro o colores muy encendidos que generen ruido en el espacio.

  1. Esconder los cables y organiza

Lo primero que debés hacer para tener un espacio ordenado es ocultar los cables, podés hacerlo mediante canaleta o enrollarlos bien con pequeños cauchos. Lo importante es no dejarlos a la vista ya que dan la sensación de desorden. También podés conseguir cajas de alambre, mimbre o plástico en colores vistosos para guardar documentos, libretas y todo lo que necesites.

¡Hacé tu vida más fácil!