Somos conscientes de que vivimos en un mundo que tiene fecha de caducidad y cada vez son más las personas que se preocupan por cuidarlo, mantenerlo limpio y luchan por ralentizar el temido cambio climático. En algunas de estas ocasiones, el ejercicio y la sostenibilidad consiguen ir de la mano creando iniciativas tan prometedoras como el plogging y ahora están empezando a sonar con fuerza los denominados gimnasios ecológicos o gimnasios sostenibles.

Alto consumo en los gimnasios

El principal problema que enfrenta el modelo de gimnasios que hemos conocido hasta ahora, se encuentra en el alto consumo de recursos y en la alta producción de desechos.

Resulta evidente entonces que el problema no pase desapercibido y que muchos intenten encontrar alternativas que combatan este consumo indiscriminado de recursos.

Ahora que ya he planteado la magnitud del problema, es momento de que explicar cómo funciona un gimnasio sostenible en su interior y las novedades que ofrece con respecto a los espacios tradicionales.

Características de los gimnasios sostenibles

Si bien cada establecimiento que se ajuste a los estándares del “sustainable fitness” tendrá sus propias normas, en general estos comparten algunos valores básicos:

En este sentido, uno de los puntos prioritarios se encuentra en la reducción de los gastos innecesarios y que pueden resultar nocivos para el medio ambiente.

La ausencia de máquinas expendedoras, la reducción en el uso de plásticos y el diseño de duchas que optimicen el consumo de agua, son algunos de los puntos clave en este nuevo modelo de gimnasios.

Uno de los aspectos que más llama la atención, es que en estos espacios se busca acercar a las personas a un entorno natural.

La presencia de vegetación y el uso de productos reciclados contribuyen a constituir un entorno donde, una de las principales prioridades, es la creación de conciencia en los usuarios.