Hace algunos años atrás, el dueño de un videoclub compraba cierto número de películas a las distribuidoras y las ponía en alquiler para que nosotros -ávidos cinéfilos- disfrutemos desde la comodidad de nuestro hogar los últimos estrenos cinematográficos, primero en VHS y luego en DVD; aunque tampoco era extraño comprar nuestras propias copias y armar una colección con nuestros títulos favoritos. El tiempo pasó, la gran mayoría de los videoclubs desaparecieron en el olvido y nosotros nos mudamos a los servicios de streaming, descendientes digitales directos de aquellos negocios.

Blockbuster llegó a tener 9000 locales en todo el mundo. Ahora solo queda uno

De hecho, Netflix nació como un servicio de alquiler de películas por correo a cambio de una tarifa plana mensual, hasta que en 2007 comenzó a ofrecer contenido por streaming incluído en el mismo precio. Ahí fue cuando Reed Hastings, su fundador, descubrió que las cosas estaban cambiando; él ya no era el dueño del material audiovisual que ofrecía (como sucedía con los DVDs), sino que ahora tenía que negociar con los proveedores de contenido para obtener las licencias de los derechos de transmisión.

Con la música sucede algo similar. Salvo que estés entre los casos excepcionales de melómanos fanáticos. ¿Cuánto hace que no comprás un CD? Es muy probable que tus canciones favoritas las escuches a través de un servicio como Spotify, YouTube Music o similar, por lo que ya no sos dueño de tus discos, sino que pagás un canon mensual para escuchar ilimitadamente todo lo que quieras. Lo mismo ocurre con el espacio de almacenamiento de particulares y empresas; la nube no solo guarda enormes bases de datos sino también las fotos de tus vacaciones y los vídeos que grabaste con tu anterior celular.

Con el gaming sucede lo mismo, servicios de suscripción como Xbox Pass ofrecen un catálogo de juegos para descargar y jugar en la PC o consola sin tener que comprar los títulos individualmente; y el Cloud Gaming o juego en la nube va aún más allá: el juego se ejecuta en un sistema remoto, por lo que ya no se necesita una computadora poderosa o una consola moderna para jugar los juegos más recientes.

Con cloud gaming no necesitas matener una costosa computadora para jugar los últimos títulos

¿Sos ciberdelincuente? No precisás habilidades técnicas, ya que podés alquilar herramientas de malware-as-a-service (MaaS, malware como servicio) que ofrecen acceso a botnets -una red de computadoras infectadas que permiten su control remoto- para llevar adelante ataques que van desde campañas de phishing hasta ransomware; toda una industria al servicio del delito informático que incluso hasta ofrece soporte técnico.

¿Creaste una pequeña empresa y querés minimizar los costos fijos que implican montar tus propias oficinas? Los espacios de coworking están para ayudarte. ¿Necesitás la comodidad de un departamento por unos días en algún lugar del mundo? Plataformas como AirBnb lo solucionan. Casi sin darnos cuenta, en estos últimos años entramos a un nuevo paradigma no solo de consumo, sino de desenvolvernos en nuestra vida diaria.

Con la movilidad urbana personal está comenzando a pasar lo mismo. Alrededor del mundo se ofrecen monopatines eléctricos y estaciones de bicicletas públicas para que alquilemos por el tiempo que necesitemos. Ya no es necesario preocuparnos por el mantenimiento o el lugar donde guardarla; a través de una aplicación o tarjeta prepaga están disponibles casi en todo momento y lugar para satisfacer nuestras demandas de circulación individual.

Monopatines eléctricos listos para ser alquilados en Berlín, Alemania

Y muy pronto pasará lo mismo con los automóviles particulares, algo que parece tener bien en claro Tohsihiro Mibe, CEO de la automotriz japonesa Honda. Para el directivo, “Honda no será un fabricante de autos dentro de 20 años”, ya que está convencido que nos dirigimos hacia un modelo de pagar por el uso del auto, a diferencia del modelo actual donde somos dueños de nuestro propio vehículo. Toyota no lo ha dicho públicamente, pero sus últimos anuncios indican un direccionamiento por fuera de la industria automotriz tradicional: El pasado septiembre anunció una inversión de 40.000 millones de dólares para la fabricación de coches voladores eléctricos (eVTOL, vehículos de despegue y aterrizaje vertical), robots de telepresencia y cohetes orientados a la industria espacial.

Tohsihiro Mibe, CEO de Honda, cree que en 20 años la marca no fabricará más automóviles

Un estudio realizado por IBM arrojó que -al menos en los Estados Unidos. el 39% de los consumidores prefiere un modelo de carpooling (compartir el viaje), mientras que el 36% consideraría el uso compartido del automóvil bajo demanda. El estudio también reveló que el 42% de los consumidores elegirían modos alternativos de propiedad del automóvil, como el precio de suscripción mensual por el uso, una especie de Netflix automotriz. Avanzando un poco más hacia el futuro, empresas como Uber, Cabify, Lyft y Waymo apuntan no solo a reducir la propiedad de los vehículos, sino incluso llegar a prescindir por completo de los choferes.

En unos años llamaremos un coche desde una aplicación y este se presentará allí donde estemos, no solo sin conductor, sino también sin volante o cualquier tipo de mecanismo de control, tan solo subirnos para llegar a nuestro destino. Esto no significa que el automóvil particular vay. a desaparecer por completo, así como no desaparecieron los CDs, los LPs y tampoco desaparecerán las computadoras personales, pero de todo esto habrá muchos menos dueños y muchos más usuarios.