Un grupo de astrónomos que opera el telescopio James Webb de la Nasa encontró indicios de vapor de agua en un exoplaneta rocoso, lo que representa un nuevo hito para las observaciones del telescopio espacial, que se ha convertido en un elemento tecnológico clave para la exploración espacial.

Más allá del descubrimiento, todavía quedan dudas por despejar sobre si el vapor de agua indica que el exoplaneta, cuya temperatura es de 430 grados Celsius, tiene una atmósfera o si proviene de su propia estrella. Los investigadores señalan que, si el vapor está asociado con el planeta, esto implicaría que posee una atmósfera.

Utilizando un espectógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec) a bordo del aparato, los expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera el James Webb junto a la Nasa estadounidense y a la Agencia Espacial Canadiense (CSA), realizaron el hallazgo y aclararon que aunque se había observado vapor de agua en exoplanetas gaseosos, no se había detectado ninguna atmósfera en torno a un exoplaneta rocoso, como es GJ 486 b, ubicado ubicado a 26 años luz de la Tierra.

El registro de vapor de agua conseguido por el telescopio James Webb.

El telescopio James Webb fue lanzado en diciembre de 2021, y desde entonces ha sorprendido a la comunidad científica con la visión que tiene del vasto universo al estudiar las estrellas y también los planetas más alejados.

El estudio fue encabezado por la astrónoma Sarah Moran, de la Universidad de Arizona en Tucson, quien explicó que el exoplaneta rocoso GJ 486 b muestra "desconcertantes indicios de vapor de agua".

"Vemos una señal y es casi seguro que se debe al agua. Pero aún no podemos decir si esa agua es parte de la atmósfera del planeta, lo que significa que tiene una atmósfera, o si solo estamos viendo una firma de agua proveniente de la estrella", explicó Moran.

En comparación con el planeta Tierra, el exoplaneta GJ 486 b es un 30% más grande y tres veces más masivo. Es decir, posee una gravedad mayor a la de nuestro planeta. GJ 486 b gira alrededor de una estrella enana roja en poco menos de 1.5 días terrestres, con un lado de día permanente y un lado de noche perpetua.

Representación artística de un exoplaneta rocoso.

Los modelos informáticos elaborados a partir de los datos del espectógrafo de infrarrojo NIRSpec muestran que la señal podría proceder de una atmósfera rica en agua, pero también de manchas estelares de la estrella roja en torno a la que realiza una órbita cada dos días terrestres.

Para determinar cuál de las dos hipótesis es la cierta, habrá que realizar observaciones adicionales con otros instrumentos del telescopio espacial que delimiten el origen de la señal de agua. 

Ryan MacDonald, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, precisó: "No observamos evidencia de que el planeta cruzara ninguna mancha estelar durante los tránsitos. Pero eso no significa que no hay manchas en otras partes de la estrella. Ese es exactamente el escenario físico que imprimiría esta señal de agua en los datos y podría terminar pareciéndose a una atmósfera planetaria".