Septiembre en el hemisferio sur marca la transición hacia la primavera. Los días se alargan, árboles y plantas comienzan a brotar hojas y flores, y el clima templado invita a disfrutar nuevamente de las actividades al aire libre mientras el invierno va quedando lentamente atrás. Estos primeros calores también anuncian que el verano está cada vez más cerca, por lo que muchos deciden comenzar el gimnasio, buscando ajustar un poco las dimensiones corporales descuidadas durante la época invernal.

De hecho, estadísticamente y como referencia, durante este mes se observa un aumento en la asistencia a los gimnasios que oscila entre el 11% y el 14% en comparación con el resto del año, de acuerdo a la información proporcionada a Rosario3 desde Megatlon, la enorme sala de entrenamiento de Mitre y Tucumán. En octubre, este aumento en la concurrencia supera holgadamente el 15%, lo que indica una clara correlación entre la temporada estival y el interés de las personas por ponerse en forma a través de la actividad física.

Llega la primavera y se mutiplica la asistencia a los gimnasios

Sin embargo, para muchos interesados en acondicionarse de cara al verano, asociarse a un gimnasio no es una opción. Los motivos pueden ser de lo más diversos, desde económicos o falta de tiempo, hasta inseguridades relacionadas a la apariencia física o vergüenza de ejercitarse en público. Otros, sencillamente prefieren hacer deporte al aire libre o en casa, utilizando aplicaciones o vídeos de YouTube y otras plataformas en lugar de un gimnasio tradicional.

“Estoy totalmente de acuerdo en hacer actividad física con alguna aplicación o con vídeos de internet”, cuenta a Rosario3 Paula Fontana, profesora de educación física egresada del ISEF 11 y guardavidas. “Primero, antes que nada, está bueno que la gente se mueva y que consuma actividad física en algún medio. Y tenés diferentes aplicaciones que explican técnicamente cómo son los ejercicios y la forma de ejecutarlos. Yo trabajo en un gimnasio y muchos me piden ejercicios que vieron en Instagram, en YouTube o en alguna aplicación y son totalmente utilizables, siempre y cuando los hagan bien técnicamente”, detalla.

La pandemia del COVID-19 tuvo un impacto considerable en la popularización de este tipo de aplicaciones. Por un lado, el cierre temporal (y en algunos casos definitivo) de los gimnasios llevó a muchos a buscar alternativas para mantenerse activos en casa. Por el otro, la búsqueda del fortalecimiento del sistema inmunológico y una mayor conciencia de la importancia de mantener un estilo de vida saludable incentivó a muchos a hacer ejercicio de manera regular. Y estas aplicaciones se convirtieron en un aliado clave.

Flexibilidad, la característica principal de las aplicaciones fitness

“No digo que los profesionales no sean de gran utilidad, porque hay gente que encuentra en un profe de Educación Física un incentivo para entrenar”, indica Paula. “Pero en el caso de que se utilice una aplicación, también hay un incentivo. Y si hay ganas, creo que todos los elementos son válidos a la hora de realizar una actividad. Mientras uno sea constante, técnicamente correcto y tenga ganas de entrenar, se pueden tener buenos resultados. La motivación uno la encuentra en cualquier lado, ya sea en una plataforma, con un personal trainer, en un gimnasio, o sea, mientras la motivación esté y la persona tenga ganas de entrenar, claramente se pueden obtener excelentes resultados”, agrega.

Sin duda, las aplicaciones diseñadas para mantenerse en forma tienen innumerables ventajas, comenzando por la flexibilidad de poder hacer ejercicio en el momento del día en que nos resulte cómodo. Además, proporcionan una gran variedad de entrenamientos y rutinas, que van desde cardio y ejercicios de fuerza hasta rutinas que se realizan con el propio peso corporal, incluso yoga o meditación.

En la gran mayoría de los casos, suelen brindar instrucciones detalladas con fotos, texto o video, para garantizar que realicemos los ejercicios correctamente, permitiendo personalizar las rutinas de acuerdo a nuestro nivel de condición física y los objetivos que queremos alcanzar. Muchas de estas aplicaciones incluyen un diario donde podemos registrar nuestros progresos, algo fundamental para mantenernos motivados. Un smartwatch o un monitor de actividad física también puede ser una buena incorporación a nuestra vida deportiva, ya que no solo es un elemento que permitirá monitorear nuestro rendimiento y controlar nuestra salud, también pueden llegar a salvarnos la vida.

Los relojes inteligentes más modernos son capaces de detectar indicios de fibrilación auricular

Una de las aplicaciones más completas y además, totalmente gratuita, es Nike Training Club, disponible tanto para Android como iOS. No solo ofrece una enorme variedad de ejercicios diferentes, desde movilidad a sesiones con o sin equipamiento, sino que también incluye clases guiadas por profesores con duraciones que varían entre 5 y 50 minutos, permitiéndonos elegir la que mejor se adapte a nuestro tiempo disponible.

Si no queremos que nuestro viaje a un mejor estado físico se vea truncado inesperadamente, es sumamente importante enfocarse en prevenir lesiones. Sufrirlas no solo nos obligará a reducir o detener por completo el entrenamiento, sino que además, el dolor o malestar puede afectar negativamente nuestro bienestar y calidad de vida. Para ayudar a minimizarlas, el Comité Olímpico Internacional desarrolló una aplicación específica, Get Set, para Android e iOS y accesible de forma gratuita. Está orientada tanto a deportistas de élite como a cualquier persona que practique actividad física y ha sido producida en colaboración con el Centro de Investigación de Trauma Deportivo de Oslo y diferentes federaciones deportivas internacionales.

La dieta es un factor muy importante al momento de ponerse en forma, ya que influye tanto en el rendimiento como en la recuperación y la salud general. Si bien existen gran cantidad de apps y webs para planificar las comidas o conocer recetas saludables, las aplicaciones para contar calorías no son una opción recomendable. No solo porque las dietas muy bajas en calorías no aportan la energía y nutrientes suficientes para el cuerpo, sino que centrarse exclusivamente en los números puede derivar en prácticas alimenticias poco saludables, como saltarse comidas, e incluso puede desencadenar trastornos como la bulimia o la anorexia.

“Aparte de la cantidad, lo que más importa es la calidad”, explica a Rosario3 el nutricionista Martín Slingo (Mat. 1925/2). “Por ejemplo, si esas calorías provienen de hidratos de carbono simples o complejos, de grasas saludables o no saludables, de proteína animal, proteína, vegetal y micronutrientes, como vitaminas y minerales. Una aplicación cuenta calorías no te va a llevar un registro de la calidad de la comida, te va a contar la cantidad, que si bien importa, es más importante qué estamos comiendo y no cuánto”, detalla Slingo.

Los expertos en nutrición no recomiendan las aplicaciones para contar calorías

“Salvo patologías específicas, hace mucho que se dejaron de contar calorías”, informa el profesional de la salud alimenticia. “Se hace educación nutricional, explicándole al paciente lo que tiene que comer, cómo, cuándo, cuánto y por qué. Así creamos nuevos hábitos en personas que nunca los tuvieron o los tienen equivocados. Uno puede bajar de peso, pero una aplicación nunca te va a decir en qué zona del cuerpo lo bajaste. Nosotros podemos determinar, mediante un estudio antropométrico, los porcentajes de grasa y masa muscular de un paciente que concurre con objetivos estéticos. Esto, a través de una aplicación es imposible de hacer. Por eso el contacto con el paciente es fundamental, más en nuestra área, que tienen un montón de desinformación a la mano de cualquier persona que tiene un teléfono ”, expone Slingo.

Existe una enorme oferta de sitios web, plataformas e influencers que promueven el ejercicio físico y la alimentación saludable, pero no existen soluciones universales que se apliquen a todos por igual. Lo que puede funcionar bien para una persona, puede no ser adecuado para otra, por lo que es fundamental la individualización y la consulta con profesionales de la salud antes de emprender cambios en la dieta o en el estilo de vida. La tecnología puede ser una herramienta importante en la que apoyarnos, pero no debemos permitir que nuestra salud dependa exclusivamente de ella.