Un simple análisis de orina podría detectar precozmente el cáncer de pulmón, a partir de un desarrollo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Se trata de una prueba no invasiva que además podría reducir la cantidad de falsos positivos y ayudar a detectar más tumores en las primeras etapas de la enfermedad.

Las personas con alto riesgo de desarrollar esta enfermedad, como los grandes fumadores, deben someterse a pruebas de detección de rutina con tomografía computarizada (TC) para detectar tumores en los pulmones. Sin embargo, esta prueba tiene una tasa muy alta de falsos positivos, ya que también detecta nódulos benignos en los pulmones, según el artículo publicado en la revista “Science Translational” y reproducido por Europa Press.

Cabe destacar que la detección temprana es muy importante para el cáncer de pulmón, ya que las tasas de supervivencia a cinco años son al menos seis veces más altas en pacientes cuyos tumores se detectan antes de que se propaguen a lugares distantes del cuerpo. De allí la necesidad de pruebas que otorguen una rápida detección.

Después de muchas pruebas, científicos del MIT crearon una en base a nanopartículas que pueden inyectarse o inhalarse, y que podría detectar tumores tan pequeños como 2,8 milímetros cúbicos en ratones. Para ello, estas partículas se acumulan en los sitios tumorales, liberando biomarcadores que luego se pueden detectar en una muestra de orina.

Además de brindar una detección precoz, esta herramienta evita tener que someter a los pacientes a una biopsia o alguna otra prueba invasiva que en algunos casos deriva en otras complicaciones. “La tomografía computarizada es una buena herramienta que puede ver muchas cosas. El problema es que el 95 por ciento de lo que encuentra no es cáncer, y en este momento hay que hacer una biopsia a demasiados pacientes que dan positivo”, explicaron y agregaron que creación viene a terminar con este problema.

Con este enfoque, los investigadores descubrieron que podían detectar tumores con precisión en uno de los modelos de ratones desde las 7,5 semanas, cuando los tumores tenían solo 2,8 milímetros cúbicos, en promedio. En la otra cepa de ratones, los tumores podían detectarse a las cinco semanas. La tasa de éxito de los sensores también fue mejor que la tasa de éxito de las tomografías computarizadas realizadas en los mismos puntos de tiempo.

Por otro lado, los sensores tienen la capacidad de poder distinguir entre el cáncer en etapa inicial y la inamación no cancerosa de los pulmones, común en las personas que fuman, y una de las razones por las que las tomografías computarizadas producen tantos falsos positivos.