Cuando oímos hablar de un nódulo pulmonar el primer pensamiento que se nos viene a la mente es el cáncer. Sin embargo, aunque en ocasiones ambas patologías estén relacionadas, puede tratarse de un proceso benigno.

Un nódulo pulmonar es una masa que aparece en el pulmón que puede medir entre cinco y treinta milímetros. Se trata de una patología cada vez más frecuente, que se estima que afecta en torno a un 0,2% de la población. No obstante, casi el 60% de estos nódulos son benignos.

Las causas de esta enfermedad son muy variadas, desde una infección a un proceso tumoral. La mayoría de ellos se encuentran de manera accidental al realizar un TAC -tomografía axial computada- o una radiografía.

Es importante diagnosticar de manera precoz esta situación para evitar complicaciones y descartar que se trate de algo más grave. Por ello, este artículo publicado por mejorconsalud.com explica todo lo que debes saber sobre el nódulo pulmonar.

¿Cómo se diagnostica el nódulo pulmonar?

Para diagnosticar el nódulo pulmonar y conocer su causa, primero es esencial realizar una buena historia clínica de esa persona. Hay que conocer si ha padecido tuberculosis o si ha estado expuesto a ciertas infecciones o personas infectadas.

También es importante saber si se trata de un fumador o no. Numerosos estudios han demostrado que gran parte de los nódulos son cancerígenos y que están relacionados con el tabaco.

Una vez hecho esto, es necesario realizar ciertas pruebas de imagen para localizar el nódulo. Además, las imágenes permiten observar ciertas características como la forma y el tamaño, que son importantes para diferenciar uno benigno de uno posiblemente maligno.

Las más utilizadas son la radiografía de tórax y la tomografía computarizada. Para conocer exactamente la causa del nódulo pulmonar en ocasiones se realizan biopsias que permiten analizar el tejido que lo forma.

¿Cuál es el tratamiento de elección?

El tratamiento va a depender de cuál sea la causa del nódulo. En primer lugar, cuando es por un proceso infeccioso puede ser que no requiera tratamiento o que se receten antibióticos o antifúngicos para detener la infección.

Cuando no se conoce la causa claramente el tratamiento se orienta según el riesgo de cáncer. Por ejemplo, en personas jóvenes no fumadoras, cuyo nódulo no parece maligno, puede ser que sólo haya que hacer revisiones periódicamente. Así se comprobará si cambia o crece el nódulo.

Por otra parte, si existe riesgo de cáncer, lo más importante es realizar la biopsia. Si efectivamente era cancerígeno puede requerirse cirugía para extirparlo. Cuando la cirugía es inviable se opta por quimioterapia o radioterapia.

Para concluir, es esencial remarcar de nuevo la influencia negativa del tabaco. Debemos ser conscientes del riesgo que supone y hacerse revisiones médicas con frecuencia para poder diagnosticar este tipo de patologías pronto.

Fuente: mejorconsalud.com