La iniciativa ya fue propuesta en otros países como Inglaterra, Nueva Zelanda, Islandia y Taiwán y promueve el fortalecimiento de las legislaciones de control del tabaco y ambientes libres de humo, acompañadas de una estrategia de reducción de daños por tabaquismo.

A pesar de que en Argentina el consumo de tabaco disminuyó en los últimos 15 años, desde 29,7% de la población en 2005 a 22,2% en 2019, los especialistas consideran que aún es mucho lo que falta por hacer para proteger a la población de los riesgos del tabaquismo.

La doctora Marta Angueira, médica cardióloga especializada en Cesación Tabáquica y Presidenta de CIENTA, señaló que desde la entidad "siempre" se destaca que "el mejor cigarrillo es el que no se fuma" a la vez que se busca "lograr la cesación para aquel que lo hace".

"Tenemos que considerar que estamos ante un fenómeno que es complejo porque hay personas que no pudieron dejar de fumar después de varios intentos o que al estar en reclusión en cárceles o instituciones psiquiátricas no quieren intentarlo porque lo ven como su único placer", expresó.

En diálogo con la prensa, Angueira aseguró que ademas se tiene que tener en cuenta que "pocos fumadores llegan a consultorios de cesación y hay una baja tasa de abstinencia al año", a la vez que dijo que en todos esos casos "puede ayudar el uso del cigarrillo electrónico, los parches y chicles de nicotina".

La doctora además manifestó que en CIENTA se tiene "el compromiso de seguir trabajando en docencia e investigación y en la implementación de estrategias de prevención y promoción para mejorar la salud de la población".

"La única manera de que eso suceda es si ponemos el tema en agenda y los distintos actores trabajamos en conjunto para la salud de la población", reveló mientras que indicó que "hoy hacen falta nuevas medidas y no estamos viendo que estén en la agenda de los funcionarios".

Para la especialista hay que colocar el tema en agenda ya que tendría una importante adhesión tal como ocurrió con "las políticas públicas implementadas con el objetivo de disminuir el tabaquismo", que fueron los espacios libres de humo, el aumento de impuesto a los cigarrillos, la prohibición de publicidades y las campañas de concientización a la población.

Además contó que surge la necesidad de avanzar en lo que se conoce como "reducción del daño del tabaquismo", una estrategia de salud pública respetada para controlar las consecuencias de los comportamientos adictivos que plantean riesgo grande para la salud.

La introducción de productos alternativos al cigarrillo a combustión (el tradicional), como por ejemplo el cigarrillo electrónico o los sustitutos farmacológicos, demostró ser una buena estrategia para aquellas personas que no pueden dejar de fumar, o quieren disminuir su consumo.