La formación de Terapistas Ocupacionales comenzó en la Argentina con la epidemia de poliomielitis en 1956. Se estableció un programa Teórico-Práctico que se llevó a cabo en el Centro Nacional de Rehabilitación del Lisiado, actual Instituto de Rehabilitación Psicofísica, en la ciudad de Buenos Aires. Posteriormente, se creó la carrera de Terapia Ocupacional (ENTO), actual Universidad Nacional de San Martín. En homenaje a estos profesionales de la salud se instituyó el 10 de septiembre como día del terapista ocupacional, ya que en esa fecha se realizó el Primer Congreso Argentino de Terapia Ocupacional en la ciudad de La Rioja, en 1985.

Según la WFOT (World Federation of Occupational Therapists) la terapia ocupacional es una profesión que se ocupa de la promoción de la salud y el bienestar a través de la ocupación, su principal objetivo es capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria. Los terapeutas ocupacionales poseen una formación extensa que les proporciona las habilidades y los conocimientos para trabajar con aquellas personas o grupo de personas que transitan o transitaron alguna situación desfavorable en relación a su condición de vida (pudiendo ser física, gerontológica, psicosocial, laboral y/o comunitaria).

El principal interés de la terapia ocupacional es promover la mayor autonomía posible en los espacios en los que se la requiera, impulsando la participación social y el reconocimiento de los derechos de las personas

Para Pamela Piana, Licenciada en Terapia Ocupacional y parte del equipo de Gestión de la carrera en la Universidad del Gran Rosario, “nuestra mirada disciplinar es muy amplia, ya que trabajamos al lado de la persona, grupo y/o comunidades que podrían necesitar de la intervención de un T. O. Nuestro eje central está puesto en el desarrollo de las distintas ocupaciones que el ser humano lleva adelante en su cotidianeidad, con total naturalidad.

Peinarnos, vestirnos, higienizarnos, atarnos los cordones de los zapatos, realizar compras en el supermercado, visitar amigos, entre otras, requieren un sinnúmero de destrezas tanto motrices como cognitivas, y planificación para poder realizarlos adecuadamente.

Cualquier persona puede sufrir una alteración transitoria o permanente y ver impedidas algunas de las actividades que realizaba cotidianamente, en este momento intervenimos las y los Terapistas Ocupacionales, buscando la manera que la persona pueda volver a desarrollar esas actividades de forma independiente y con autonomía, para poder seguir participando activamente en las decisiones de su vida. Esto puede incluir realizar modificaciones ambientales, adaptaciones en la planificación de la actividad y/o en la secuencia de pasos para concretarlo, de la mejor manera posible.

Más adelante, la licenciada Piana, sostenía que “la Terapia Ocupacional posee una visión holística e integral sobre las personas, mirando siempre las posibilidades y los recursos que posee, para, desde allí, seguir construyendo nuevas opciones y estrategias que brinden una mejor calidad de vida.

Cuando se le pregunta sobre las actividades en los diferentes grupos etarios, Pamela nos aclara que, “la ocupación es el eje central de la terapia ocupacional y que la misma se desarrolla en forma continua a lo largo de la vida de cada persona. En el caso de los niños la principal ocupación son los juegos; en el adulto, el ámbito laboral y la producción y, en los adultos mayores se pone el acento en cómo reorganizar su tiempo, ya que a partir de la jubilación el tiempo ocioso es el predominante y la rutina habitual se ve modificada por completo, aunque no se descarta continuar con la productividad.

¿Qué es lo que te llevó a elegir esta carrera?

Mi elección tuvo que ver con que me interesaba la rehabilitación, pero a su vez, también, las diferentes problemáticas sociales que entendía eran abordadas por otra disciplina como el trabajo social. Conocí terapia ocupacional por medio de un folleto que me facilitaron de las expo-carreras que se realizan en Rosario. Me acerqué a la Universidad del Gran Rosario a una charla informativa y me interioricé de la carrera de Terapista Ocupacional. Entendí que la profesión y la formación ofrecía una mirada integral de la persona y su contexto, uniendo mis intereses: las problemáticas sociales y la rehabilitación. Acompaña a las personas, no desde la asistencia sino desde la construcción o reconstrucción de su identidad personal.

 Y, desde este lugar, no limitarme sólo a la condición de posible discapacidad sino poder extender mi intervención hacia las comunidades que requieren de profesionales con una mirada más social para ayudar a esas personas a retomar el poder para que accedan a los distintos recursos que les permitan ejercer la autonomía en sus vidas. Acompañar a recuperar los derechos esenciales que como personas son inherentes para su realización.

Como se puede apreciar, nuestra carrera tiene una gran diversidad de posibilidades de intervención, y fueron las que me sedujeron para abrazar esta profesión”.  . 

La Universidad del Gran Rosario, ofrece esta carrera la que contiene en su currícula Prácticas Pre-Profesionales, que se realizan en diferentes espacios provinciales, municipales y privados de la ciudad; espacios supervisados donde nuestros estudiantes toman contacto con la realidad del sistema de salud y de desarrollo social adquiriendo experiencia de lo que posteriormente será su ejercicio profesional.

El Título otorgado es el de Licenciado/a en Terapia Ocupacional. La duración de la carrera es de 4 años.