Cada 28 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Nutrición, creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de generar conciencia acerca de la importancia de alimentarse adecuadamente para nutrir el cuerpo y tener buena salud.

Todos disfrutamos de comer. Y convengamos que la comida es más que los nutrientes, ¿verdad? La comida es placer, recuerdos, emociones, excusa para encontrarnos y compartir, etc. Traemos costumbres, gustos, creencias e influencias en nuestro comer.

Estamos sumergidos en una cultura bombardeada por las publicidades y casi nada de educación alimentaria fidedigna. Opiniones de gente con poca o ninguna formación en salud opinando sobre qué hace bien, presentando (vendiendo) polvos mágicos y promesas vacías de contenido para ser fit, bajar de peso, anti-aging, para combatir el cáncer, etc.

Entonces ¿por qué o para qué deberíamos saber qué estamos comiendo?

Nos conviene saber porque es la presencia o ausencia de nutrientes la que nos brindará salud o nos enfermará a corto y a largo plazo, según la frecuencia con las que los consumamos en nuestro día a día.

Mucha gente compra alimentos "naturales" y "saludables" sin saber que distan mucho de serlo más allá de la etiqueta. Y es por eso que se recomienda comer más cosas "con cáscara" y menos "de paquete". Sobre todo, en niños y adolescentes donde 4 de cada 10, presentan algún tipo de sobrepeso. De hecho, es más frecuente la malnutrición con sobrepeso que la malnutrición con baja talla.

¿Y para qué me sirve cada cosa? La guía de "Consejería en Hábitos Alimentarios" (MSAL 2012) resume así:

* Cereales (arroz, avena, maíz, trigo, harinas, fideos, pan, galletas, legumbres como arvejas, garbanzos, lentejas, porotos, soja): son fuente principal de carbohidratos (energía que necesitamos para vivir) y fibra (ayuda al tránsito intestinal, por ejemplo).

* Verduras y frutas (todas): con fuente principal de vitaminas C y A, de fibra y de minerales como el potasio y el magnesio. A mayor cantidad de colores, ¡más saludable el plato!

* Leche, yogur y queso: Nos ofrecen proteínas completas y son fuente principal de calcio.

* Carnes (vaca, pollo, pescado, cerdo) y huevos: Nos ofrecen las mejores proteínas y son fuente principal de hierro.

* Aceites y grasas: Son fuente principal de energía y de vitamina E. Los aceites y semillas tienen grasas que son indispensables para nuestra vida.

* Azúcar y dulces: Dan energía y son agradables, pero no nos ofrecen sustancias nutritivas indispensables.

Es importante también evitar el consumo de alcohol. mitos como "una copita de vino le hace bien al corazón", esconde la verdad del aumento de riesgo de todo tipo de cáncer asociado al consumo frecuente de alcohol, aún en pequeñas dosis.

No dudemos en preguntarle a profesionales cuando se trata de nuestra salud, sobre todo alimentaria. Alimentarme sanamente hoy me ahorra comprar remedios mañana. Tenemos un solo cuerpo y lo mejor que nos puede ocurrir es sentirnos a gusto en él.