Instalaron en Rosario un Área de Simulación, para el entrenamiento para anestesiólogos, de alta complejidad. Los alumnos de la carrera de posgrado pueden acceder a este tipo de prácticas desde el primer año. Se logró gracias a un convenio entre la Universidad Nacional de Rosario y la University of New Mexico, Estados Unidos y la Asociación de Anestesiología de Rosario.

Uno de los instructores del centro de simulación (ARASim), el doctor Máximo Gaischuk, médico anestesiólogo, adelantaba a rosario3.com que se trata d. un centro que permite el desarrollo, la capacitación y el entrenamiento de profesionales en todos los períodos del ejercicio de su especialidad, sostenía, además que: “es, sin dudas, un modo de lograr la excelencia”.

La Asociación de Anestesiología de Rosario, con una inversión auspiciosa, ha montado este centro de simulación, en uno de los sectores de la Asociación Rosarina de Anestesiología donde también se realizan Cursos Universitarios de Actualización en Anestesiología avalados por la UNR.

Ante nuestra curiosidad por saber desde cuándo existían en el mundo estos centros de simulación, el vice Director del ARASim, doctor Leonardo Fontenla, observaba que “a mediados del siglo XX, Asmund Laerdal, desarrolló un muñeco para realizar maniobras de RCP, las siglas de Reanimación Cardio Pulmonar, lo que marcó el inicio de la utilización de simuladores para el entrenamiento médico; ya entrada la segunda mitad del siglo XX, Abramson desarrolló un modelo que ya incorporaba sonidos respiratorios, ruidos cardíacos, pulsos; todos estos muñecos estaban muy lejos de los que hoy disponemos, que simulan absolutamente todos los signos vitales del ser humano. Reproduce todos los ruidos que el cuerpo humano hace en todas las condiciones por las que debe atravesar; por ejemplo reproduce el ruido del corazón normal y los que ocasionan el edema agudo de pulmón. Se lo adapta para que el muñeco simule las condiciones del caso que quiere el instructor que el pasante identifique”.

El mismo profesional enfatizaba sobre la importancia de este tipo de tecnología: “se trata de una poderosa herramienta educativa. La simulación cambia el paradigma educativo en el que un maestro llenaba de información a quien la necesitaba; este nueva paradigma nos insta a aprender a partir de hechos; a nosotros nos gusta hablar de escenarios en los que se pueden desarrollar a la vez conocimientos y competencias, habilidades, que son las que requieren la práctica de la medicina; es decir ser capaz de aplicar en el escenario, el conocimiento adquirido y entrenado. Además la simulación nos permite entrenar al conocimiento adquirido y repetirlo las veces que sea necesario sin poner en riesgo la vida de ninguna persona”.

Más adelante, el doctor Fontenla, nos decía que este sistema “nos permite aprender del error que es un modo profundo de aprendizaje ya que aprenden ambos, el docente o instructor y quien recibe la instrucción en el que se completa el proceso de aprendizaje mutuo”.

Concluía diciéndonos que “el desafío que nos plantea la Simulación es que seamos capaces de crear y recrear todas las situaciones por las que puede pasar una persona con determinado diagnóstico rodeado de determinadas circunstancias que sucede en la vida real. Si esto no ocurre lo llevará al instructor a cambiar ese escenario por otro que se ajuste más fidedignamente a la realidad”.

Más adelante, Gaischuk se explayaba, diciéndonos que “es de destacar que los profesionales de años y de experiencia necesitamos revalidar nuestro conocimientos y entrenar en ciertas situaciones críticas; las que, a partir de ahora, podemos realizar en un ambiente protegido en el que se pueden repetir para recrear el caso si fuera necesario.  Nosotros, los que tenemos años en la profesión, nos hemos formado en hospitales públicos con instructores y anestesiólogos muy reconocidos y con mucha experiencia y trabajando con pacientes. Hoy se ha visto qu. la formación en simulación aporta muchos beneficios. Uno de ellos es que uno puede repetir muchas veces los procedimientos, enfrentar situaciones complejas en escenarios simulados, previamente diseñados.

El doctor Fontenla pormenorizó los detalles del convenio con una universidad de EEUU, a la que llegaron con la intervención de una profesional de nuestro medio: “fui uno de los seis primeros profesionales que fuimos a la Universidad de Nuevo Méjico, donde está la doctora Verónica Plaza que hizo de conexión para nuestra llegada. En esa Universidad funciona un centro de simulación desde hace diez años; tienen un hospital para dedicar al entrenamiento médico mediante este sistema de simulación. Cuentan con 24 consultorios 4 salas de internación y dos salas de terapia intensiva y 110 pacientes estandarizados que son actores que aprenden a la perfección su rol de enfermos y actúan como tales para interactuar con el médico que está entrenando ya que hoy es fundamental practicar la relación médico paciente con actores, es un modo protegido de incorporar técnicas para profundizar el trato humano imprescindible para el proceso de devolver el equilibrio físico y psíquico al paciente. Es, además, un modo de invitar al paciente que se abra y confíe; esto depende mucho del médico que es capaz de crear el clima para que esta apertura suceda.

¿Cómo resumiría lo logrado con la incorporación de esta Área de Simulación del ARA?

Creo que nos va a permitir desarrollar una curva de aprendizaje; debemos esforzarnos para lograr reproducir la mayor cantidad de contingencias posibles lo que nos permitirá crear el sinnúmero de escenarios con los que nos enfrentaremos para al resolverlos brindar y brindarnos la mayor seguridad posible

Para lo cual tenemos que tener en claro qué queremos enseñar para también nosotros aprender. Somos conscientes que esto nos va a llevar un tiempo dado el grado de complejidad que armar los escenarios conlleva. Es, sin lugar a dudas apasionante.

Máximo Gaischuk, anestesiólogo, matrícula 9655

Leonardo Fontenla, anestesiólogo, matrícula 12153