A medida que nos vamos poniendo grandes, van apareciendo más canas, pero además vamos acumulando más estrés. Y precisamente este último elemento es el que acelera la aparición de canas, según lo demostró una investigación de la Universidad de Harvard que logró explicar cómo se da este proceso.

El trabajo, publicado en la revista Nature y reproducido por 20 Minutos, explica que el estrés activa los nervios que son parte de lo que se conoce como “respuesta de lucha” o “huida”, que a su vez causan daños permanentes a las células madre regeneradoras de pigmento en los folículos capilares.

Los investigadores descubrieron que el estrés hace que estos nervios liberen el químico norepinefrina, que es absorbido por las células madre regeneradoras de pigmento cercanas. Cuando el cabello se regenera, algunas de las células madre se convierten en células productoras de pigmento que tiñen el cabello. Con el estrés, las células madre se activen en exceso y agotan prematuramente el reservorio de pigmento, creciendo entonces el pelo sin el color tradicional.

"Después de unos pocos días, se perdieron todas las células madre que regeneran el pigmento. Una vez que se han ido, ya no se puede regenerar el pigmento. El daño es permanente", explica el autor principal del trabajo Ya-Chieh Hsu, profesor asociado de Células Madre y Biología Regenerativa de Alvin y Esta Star en Harvard.

El especialista agregó que en los casos de estrés agudo se produce un agotamiento permanente de las células madre que puede traer aparejado complicaciones mucho más severas que las canas.