Me ocupo dentro de atender todo aquello que sea cardiología desde la etapa prenatal, diagnóstico prenatal, ecocardiograma fetal en la embarazadas y todo lo que tenga que ver con la cardiología pediátrica, cuenta la doctora Lucrecia Mata.

Llegamos al diagnóstico prenatal a través de las ecografías obstétricas no cardiológicas de rutina, en las que ya podemos diagnosticar algunas cardiopatías; en ese caso, la paciente es derivada al cardiólogo pediatra para hacer un diagnóstico de certeza de la cardiopatía. En ese acto médico podemos hacer un pronóstico del paciente. Podemos sugerir medidas para su nacimiento y anticiparnos a las terapéuticas que vamos a tomar llegado el momento. Por eso es tan importante tener un diagnóstico prenatal de una cardiopatía congénita compleja.

Las madres en la mayoría de los casos son asintomáticas. Los chicos con cardiopatías congénitas complejas no dan síntomas y mucho menos en la mamá. La circulación fetal es totalmente diferente a la circulación neonatal. Por eso los síntomas en el niño se instalan apenas nacen o en los primeros días de nacidos. A través de ellos y con el diagnóstico prenatal y el control precoz con el cardiólogo pediatra como si se tratara de un screaning del recién nacido; podemos completar la búsqueda. Si bien no es una rutina el estudio de screaning, los pediatras lo han establecido casi como una rutina; ya que no es un estudio invasivo; es incruento y se hace junto a otros exámenes necesarios al momento de nacer como los de oídos y el estudio visual. Se trata de una pesquisa. A la hora de nacer y dentro de los primeros 30 días de nacidos al niño le quedan algunos circuitos de circulación abiertos; ese primer control nos permite detectar cardiopatías congénitas complejas; esto nos marca la importancia de estos estudios realizados oportunamente.

Las enfermedades del corazón de los adultos son muy diferentes a las cardiopatías congénitas por eso los cardiólogos que decidimos inclinarnos por la cardiología infantil debemos especializarnos y cursamos unos tres años más a la especialización en cardiología general.

La enfermedad cardiológica del recién nacido es diferente a las enfermedades cardiológicas del adulto.

Podemos hacer la regla del 30% ya que el 30% de las cardiopatías congénitas son complejas; y éstas necesitan algún tipo de intervención dentro del primer mes de vida porque ponen en riesgo la vida del bebé. Existe un 30% que son moderadas y el otro 30% son leves; por lo cual cuando diagnosticamos una cardiopatía en la etapa escolar sabemos que se trata de una cardiopatía leve; esta patología la puede llevar toda la vida con controles anuales.

Lo importante es que podamos detectar precozmente ese 30% de cardiopatía congénitas complejas.

¿En la etapa escolar a los niños se les hacen exámenes que pueden resultar reveladores?

Salvo casos excepcionales todos los chicos pueden y deben realizar actividad física; eso sí, adecuada a su estructura corporal. No somos partidarios de prohibir la actividad física en los niños. A un niño con un soplo o una cardiopatía menor no deberíamos prohibirle la actividad física; al contrario, debemos incentivarlo a realizarla junto a una alimentación adecuada; eso sí, haciéndoles los controles correspondientes.

Para mí, un niño recién nacido con sus exámenes normales, les hago el próximo control a los 4 o 5 años.

Quiero hacer una salvedad, en este momento de pandemia, ya que son importantes los controles de sus enfermedades crónicas del adulto; más teniendo en cuenta que las infecciones por covid de manifiestan y dan infecciones residuales en el músculo cardíaco y las arterias. Por eso son ahora más que nunca importantes los controles. Por ejemplo, los niños que van hacer deportes con su control cardiológico. Ya que los pacientes que hayan tenido covid o los que han convivido con pacientes covid sin tener síntomas, debemos asegurarnos que ese corazón del niño que va hacer deportes, funcione correctamente.

Los cuidados creo ya debieron incorporarse como hábitos y formar parte de nuestro día a día: barbijo, distanciamiento, aislamiento, toser o estornudar en el pliegue del codo, el lavado de manos repetido y debería seguir durante mucho tiempo; pero, a la vez, deberíamos tener alternativas bajo protocolos estrictos para que los niños puedan tener contacto social con otros niños.

*Dra. LUCRECIA MATA Médica Cardióloga – Cardiología Pediátrica, Mat. 16632. Consultorios del Británico Jujuy 1540 5to piso - Rosario – Argentina. Tel. 0341 422-9759 / 9814 / 9840