La filofobia es un curioso trastorno que consiste en el miedo a enamorarse o a conectarse emocionalmente con otra persona. Comparte muchos de los mismos rasgos con otras fobias de tipo social, y puede impactar significativamente en la vida del paciente si no se trata.

Si bien los síntomas varían de una persona a otra, pueden tener manifestaciones emocionales (como sentimientos de miedo intenso o pánico) o físicas (latidos rápidos, respiración dificultosa, náuseas, etc).

Pese a que el paciente puede ser consciente de que el miedo es irracional, igualmente no puede controlarlo, según consignó Muy Interesante. Cabe aclarar que la filofobia no es un trastorno de ansiedad social, más allá de que quien la padece también puede tener este cuadro.

La filofobia también es más común en personas con traumas pasados y cuanto más se evita la fuente del miedo, más aumenta el miedo. Si no se trata, la filofobia puede aumentar el riesgo de complicaciones, que incluyen aislamiento, depresión, trastornos de ansiedad, abuso de drogas y alcohol, y cosas aún peores.

Las opciones de tratamiento varían dependiendo de la severidad de la fobia. Las opciones incluyen terapia, medicamentos, cambios en el estilo de vida o una combinación de estos tratamientos. Una de las terapias particularmente efectiva es la cognitiva conductual (TCC), la cual implica identificar y cambiar los pensamientos, creencias y reacciones negativas de la fuente de la fobia, para luego ir dando pasos pequeños pero concretos para dejarla atrás.