El parche anticonceptivo bien utilizado, es capaz de prevenir con un 99,7% de eficacia los embarazos no deseados. Sin embargo todavía la mayoría de las mujeres prefiere otros métodos anticonceptivos como las pastillas o el anillo vaginal.

Se trata de un parche transdérmico pequeño que contiene estrógeno y progestina y que se coloca sobre la piel, normalmente, en los brazos, hombros, abdomen o glúteos. No se recomienda ponerlo siempre en el mismo lugar para evitar irritaciones, según consignó 20 Minutos. Cabe resaltar que es resistente al agua, por lo que es posible bañarse sin que se despegue.

Eso sí, a la hora de colocarlo, la piel debe estar limpia, seca y libre de cualquier crema que pudiera quitar poder de adhesión. La primera vez que se use este método anticonceptivo debe aplicarse dentro de las primeras 24 horas en las que se ha iniciado la menstruación, y debe cambiarse cuando pase una semana.

Al llegar a la cuarta semana se retirará el parche correspondiente, pero no se sustituirá por otro, sino que la mujer debe tomarse una semana de descanso. De este modo, se utilizarán tres parches durante 21 días, y descanso por siete días. Estas fechas deben respetarse para sostener el alto nivel de eficacia. Caso contrario, se debe combinar este método con algún otro, como el preservativo.

En el caso de que un parche se despegue, debido a diferentes motivos, es conveniente retirarlo y aplicar uno nuevo. Cuando se haga esto, el parche debe retirarse en el mismo momento en el que se haría con el anterior, con el fin de evitar olvidos que puedan provocar embarazos no deseados.