"Contar con alimentos disponibles en el hogar de mejor calidad nutritiva, comer lento con bocados chicos y masticando mucho, no discutir durante la ingesta, hacer tangible el volumen de la comida, por ejemplo fotografiando el plato, tener en cuenta que ‘no es la última cena’ y recordar que ‘elegimos ser saludables’, son algunos de los consejos que se suelen recomendar
en la práctica diaria, pero nunca prohibiendo un alimento en particular, ya que las prohibiciones lo único que generan son incertidumbre y mayor deseo", graficó la doctora Katz.

En tanto, Cormillot sostuvo: "El plato de los argentinos debe contener porciones más pequeñas, mayor cantidad de legumbres, hortalizas y frutas y verduras en general, alimentos aireados (como suflés o batidos) y fundamentalmente evitar la sal, los azúcares agregados, el alcohol y las grasas saturadas. Ayuda también distribuir la ingesta en el tiempo a modo de colaciones cada 2 ó 3 horas".

Ambos coincidieron en la importancia de reconocer al exceso de peso como una enfermedad crónica que debe ser tratada de por vida con un seguimiento a cargo de profesionales de la salud.

Luego la doctora precisó: "Hoy tenemos que enfrentar al ‘intrusismo’, que es el ejercicio de una actividad pseudoprofesional a cargo de personas que no están matriculadas ni entrenadas para hacerlo. Seguir sus consejos contribuye a perpetuar las causas de la obesidad y desalienta la visita al
médico o al nutricionista, que son los profesionales preparados para atender la enfermedad".

Por su lado, Cormillot comentó que algunas personas prefieren escuchar "un relato" que les resulta atractivo en lugar de atenerse al pensamiento científico comprobado y allí aparecen dietas en base a un solo grupo de alimentos o se demonizan otros y se los deja de consumir renunciando a los nutrientes que estos aportan.

"Al momento de enfrentarse con un alimento, compiten el pensamiento rápido con el pensamiento lento. El primero es impulsivo y buscará llevarse el alimento a la boca, el segundoes más reflexivo y sabrá asumir cuándo ha sido suficiente. El punto está en lograr que prevalezca el pensamiento lento y entender que no debe predominar lo que más me gusta, sino lo que más me importa", insistió el doctor.

Con respecto al tratamiento farmacológico, ambos remarcaron que afortunadamente hoy se dispone de varias alternativas de medicamentos efectivos que, recetados por un médico y con su estricto seguimiento, pueden contribuir al éxito, pero siempre sumados a un cambio en el estilo de vida que incluya una alimentación balanceada y un programa sistemático de actividad física.

En cuanto a la composición de los alimentos, Cormillot dijo que "sin ninguna duda la reformulación de los alimentos y la reducción de las porciones son medidas inevitables y urgentes" mientras que Katz agregó: "La industria debería producir alimentos que generen mayor saciedad en base a un mayor
contenido de fibras, proteínas, agua y aire".

Finalmente, al referirse a la obesidad como disciplina, ambos destacaron que es una especialidad de frontera: "no alcanza con ser nutricionista, endocrinólogo, diabetólogo, psicólogo o deportólogo; es necesario capacitarse para tratar el exceso de peso", afirmaron, al tiempo que aprovecharon para criticar enfáticamente a las dietas restrictivas, de menos de mil calorías diarias, que solo generan ‘efecto rebote’.