“Antes quiero aclarar lo de esta palabra: hebiatría, un término poco usado; nos bien del griego y está conformada por la palabra ´eb´, pubertad y por ´iatrea´ que es curación” comenta el especialista.

Cuando decimos adolescente, nos confundimos un poco, ya que mucha gente cree que esa palabra remite a adolecer, y no es así. La palabra adolescente que nosotros recibimos, proviene del latín y significa juventud.

La sociedad, de entrada, lo “marca” al adolescente como algo que no es”, expresaba Leto.

Al preguntársele al profesional cómo viven ellos la atención a estos pacientes, nos decía: “es conveniente que digamos que nosotros hacemos con los adolescentes un abordaje holístico, donde se incluyen acercamientos a lo biológico, a lo psíquico y a lo social,

Yendo a la inquietud de ustedes, en este tiempo de pandemia y aislamiento que seguimos atravesando y muy probablemente por un largo tiempo más, y siendo un adulto mayor, he tenido que adaptarme como toda la ciudadanía a las normativas que las autoridades de Salud Pública nos marcan; y está bien que así sea; todas las enfermedades repercuten es la Salud Pública, y las pandemias con más razones. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor repercute en la comunidad de algún modo.

Entre otras cosas esas normas indican, a través de los protocolos, cómo atender para no exponernos y no exponer a quienes nos consultan; la gran cantidad de consultas que recibo las atiendo de forma virtual; y las que ameritan, presenciales, sobre todo, en esta última etapa.

De nuevo, yendo al núcleo de tu pregunta, como todo el mundo, el adolescente no puede estar ajeno a la amenaza de la pandemia y la carga de la reclusión que ella conlleva. Tanto el niño como el joven necesitan del contacto social para alcanzar su desarrollo a través de la comunicación y el vínculo con los demás seres humanos, todo lo cual se ve limitado a la virtualidad, la que ha pasado a ocupar un espacio que desalojó a las otras formas de contacto cara a cara, tan necesarias para el ser humano y para las personas en esas etapas de niñez y adolescencia.

Las manifestaciones de hoy, producto de la pandemia de estos jóvenes son las que hasta hace un año veíamos, pero mucho más espaciadas: no todos los adolescentes manifiestan signo “pre clínicos” de depresión, no todos se deprimieron, pero vemos más que antes; otro tanto pasa con tics, por ejemplo, y otras manifestaciones. También vemos con más frecuencia manifestaciones hipocondríacas. Éstas se dan sobre todo por el alto porcentaje de información de la enfermedad y cómo prevenirla que, circula en los medios y que quieran o no los niños y adolescentes, consumen.

Desde siempre, los adolescentes se han considerado a sí mismos inmunes e impunes naturalmente, ya que están transitando el proceso dinámico de crecimiento para avanzar sobre todo aquello a lo que se enfrentan. En este caso esa sensación de impunidad no les deja distinguir frente a la amenaza a la que la humanidad y ellos, claro, estamos expuesto; entonces, o no le dan la importancia que la enfermedad requiere, o eligen darle más importancia de la debida. Son presas fáciles de las noticias falsas, no se toman el trabajo de indagar un poco y verificar en las fuentes su grado de seriedad; de allí a transformarlas en verdad hay un corto trecho que recorren sin mayores previsiones.

Y aquí quiero hacer un paréntesis: en abril del año pasado, a los pocos días de transitar la cuarentena, me encuentro con un artículo que ahora se ha viralizado, escrito por un médico de la Universidad de Meryland, Farheem Younus y que es un profesional que sabe comunicar, además de ser una persona con profunda formación espiritual; y no quiero que se lo confunda con religión, con ninguno de los credos a los cuales la gente tiene derecho a practicar. Lo de Younus está ligado a la religiosidad; es decir hacia el respeto y el amor al ser humano.

La nota que es de divulgación comienza con una frase que me abrió los ojos: “somos como guerreros de una batalla portando tijeras y cuchillos frente a un bando que usa F 16 y tanques”.

Este profesional desde su experiencia en su puesto de primera línea, atendiendo a enfermos covid que morían desamparados y sin perder el sentido común para enfrentar primero al miedo que produce esta enfermedad y luego a través de la ciencia, la experiencia y la reflexión sensata encontrar el mejor camino para aislar los efectos deletéreos de la misma. En una parte de la nota Younus responde a propósito del impacto que sobre la salud mental tiene el Covid: “los seres humanos somos seres muy complejos: tenemos nuestra propia visión del mundo y en esta etapa todos vamos a sufrir según la manera en que hemos vivido nuestras vidas y nos vamos a intentar curar de la manera que creamos y cuando así lo creamos; porque como se dice: ´en la naturaleza no hay recompensas ni castigos, simplemente hay consecuencias´”.

VACUNAS

Quisiera poner énfasis en la prevención y prevención es sinónimo de vacunas; jamás en mi larga trayectoria de pediatra primero, y hebiatra después, ningún padre, ni madre me preguntó, cuando yo les indicaba vacunas para sus hijos; quiénes las habían hecho, o qué efectividad tenían, o qué efectos podía tener; lo que demuestra la confianza en el que indica y en la vacuna que él indica. Y ahora se están generando tantos interrogantes. Creo que la vacunación, también ha sido ganada por su politización.

Pocos saben que en el 2019 el mundo quedó sin la enfermedad de la poliomielitis. Hubo dos vacunas creadas por Salck, una y Sabin, la otra. Una inyectable, la otra en gotas que se suministraba en un terrón de azúcar. En ese momento la elección pasó por la vacuna que mejor podía distribuirse y aplicarse masivamente en el tiempo en que el mundo lo requería para obtener el efecto rebaño prontamente.

Ambos investigadores, donaron lo que a ellos como descubridores les hubiera correspondido. La vacuna estaba hecha a virus vivos atenuados y por allí provocaba unos efectos colaterales que producen todas las vacunas.

En el 2019 se dio por erradicada la enfermedad cuando se contabilizaron en TODO el mundo, 154 casos.

Esta anécdota la cuento para todos sepamos que quienes hacen las vacunas, TODOS, tienen que seguir metodologías estrictas, donde la seguridad es lo más importante; ya que, lo primero que se tiene en cuenta es que no provoque daño alguno y después se evalúa la efectividad.

*Daniel Leto, médico pediatra, matrícula 4681, especialista en hebiatría (adolescentes).