A continuación, la facultativa, sostuvo: “Los pacientes de mayor riesgo, como las personas con asma, o con problemas cardíacos, las embarazadas y los niños, que tienen sus vías aéreas en desarrollo, deberían evitar el hecho de exponerse demasiado a la mala calidad del aire como consecuencia del humo, y es aconsejable que se queden en casa todo lo que sea posible. Por supuesto, el hecho de cerrar puertas y ventanas no impide el ingreso del humo, pero por lo menos se reduce la cantidad de partículas en el aire”.

¿Cuál es el impacto de aspirar ese humo?

“Al aspirar el aire enviciado con el humo, se aspiran todas las partículas, el dióxido, el monóxido de carbono, etc. y eso genera una reacción inflamatoria en la vía aérea superior, y allí aparecen los síntomas. Se genera la rinitis (que es la inflamación de la nariz), con el goteo de agua, ya sea por delante o hacia la parte posterior de la garganta; la congestión de la nariz, la irritación de la garganta, que provoca una sensación de ardor, de sequedad y de picazón que, incluso puede producir disfonía, con el carraspeo constante o tos. La tos es consecuencia de la inflamación, pero a su vez es la forma de defensa de la vía aérea para eliminar todas esas partículas”.

¿Qué es aconsejable hacer?

Algo básico que se puede hacer para evitar la irritación o los síntomas producidos por el humo son los lavajes de la nariz, por ejemplo, con suero o con soluciones salinas hipertónicas, que se presentan como un espray nasal;y gárgaras, generalmente con una cucharadita de bicarbonato, que es bastante antiinflamatorio a nivel local. En caso de que los síntomas no desaparezcan, entonces sí, es conveniente consultar al especialista.

¿Se recurrir al uso de barbijos?

Es conveniente utilizar barbijo, pero no cualquiera, sino aquel que cuenta con un filtro eficaz comprobado, como lo es el de tipo N95.

El humo, ¿afecta además a las personas que no tienen enfermedades respiratorios ni entran en la categoría de pacientes de riesgo?

“Además de los pacientes con mayor riesgo que hemos mencionado, las personas sanas también pueden sufrir problemas a causa del humo, cosa que en estos días estamos viendo con frecuencia en nuestros consultorios. En general, responden bien al tratamiento indicado; son patologías a corto plazo, es decir, una vez que se mejora la calidad del aire, más el efecto de la medicación en los casos en que ha sido necesaria, la patología se revierte sin generar daños a largo plazo. En tres o cuatro días los síntomas empiezan a mitigarse”, concluyó la entrevistada.

*Lorena Almirón, médica, especialista en  Otorrinolaringóloga, matrícula 15373 - Consultorios del Británico