El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense puso en marcha, por segundo año consecutivo, una campaña de concientización con la consigna “por un embarazo y una lactancia sin una gota de alcohol”.

Se trata de una iniciativa para dar a conocer la incidencia del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), los recaudados que tienen que tomar las personas gestantes y distintas propuestas de políticas públicas.

Según se indicó desde la Defensoría, las estadísticas internacionales muestran que alrededor del 10% de las mujeres consume alcohol durante el embarazo y 1 de cada 67 embarazadas que ingirieron bebidas alcohólicas dio a luz a un hijo/a con SAF.

En términos locales, Argentina tiene una prevalencia estimada de 19,2 casos por cada 10.000 nacidos vivos, por encima del promedio mundial (14,6 casos).

“Los relevamientos del Observatorio, que venimos realizando desde hace cinco años entre jóvenes escolarizados, nos muestran que alrededor del 80 % empieza a consumir alcohol antes de los 15 años, habiéndose casi igualado los patrones de consumo entre hombres y mujeres”, indicó el licenciado Juan Gossen, investigador del Observatorio creado en 2017.

El Síndrome de Dependencia del Alcohol es crónico, lo que implica que una persona siente deseo de tomar bebidas alcohólicas y no puede controlarlo y, además, por lo general, necesita beber mayores cantidades para conseguir el mismo efecto y sufre síntomas de abstinencia después de interrumpir el consumo.

Las últimas cifras oficiales muestran que, entre 2009 y 2020, la Argentina registró un total 5.680 fallecimientos por esta patología, de los cuales 499 eran mujeres y 80 de esas mujeres tenían entre 15 y 44 años.

El diagnóstico clínico del SAF implica retraso del crecimiento intrauterino y extrauterino, dismorfismo facial característico y anomalías morfofuncionales del neurodesarrollo en el Sistema Nervioso Central (SNC).

En el marco de la campaña de prevención, desde el Observatorio indicaron que no existe evidencia científica suficiente para definir ningún umbral de consumo seguro de alcohol durante el embarazo.

En esa línea, recomiendan que la abstinencia es la opción más prudente para una mujer que está o podría quedar embarazada, capacitar al personal sanitario de los centros de salud para la detección de posibles casos de Trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) y de mujeres embarazadas con consumo problemático de alcohol, y reforzar dispositivos socio-sanitarios para la derivación, tratamiento y seguimiento de casos de embarazadas con consumo problemático de alcohol.

Además, se sugiere que las mujeres embarazadas deben tener acceso prioritario a los dispositivos socio-sanitarios de atención de las adicciones y se insta a modificar y actualizar la legislación vigente y las regulaciones sobre publicidad de bebidas alcohólicas en medios de comunicación social: debería destinarse, como mínimo, un tercio del espacio en la pantalla con destino a mensajes sanitarios.