El Covid-19 es considerado una enfermedad respiratoria, pero no es el único órgano pasible de infección. El SARS-Cov-2 ingresa a la célula blanco a través del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2). Dichos receptores se hallan presentes en los riñones, pulmones, corazón y células intestinales. La importancia de conocer la afectación renal por Covid-19, radica en su manejo óptimo, y el impacto del Covid-19 en pacientes con enfermedad renal crónica, pacientes en diálisis en etapa terminal, y en los receptores de trasplante de riñón.

 

¿En qué porcentaje de personas puede afectar el riñón el COVID-19?

 

Se ha visto que una de cada 3 personas que son internadas por una infección por COVID-19 puede desarrollar una afectación renal que conocemos como lesión renal aguda, que estará caracterizada por una disminución abrupta de la función renal, incluso sin antes haber padecido una enfermedad renal. Este porcentaje puede elevarse dependiendo de las definiciones utilizadas y los tipos de poblaciones estudiadas hasta llegar al 50%, en especial si son ingresados a unidad de cuidados intensivos y presentan enfermedad severa. De este número de enfermos graves por COVID-19, hasta el 31% de los mismos requerirán terapia de reemplazo renal (hemodiálisis u otra técnica extracorpórea de reemplazo renal). Esta lesión renal aguda en la infección por Covid-19 se asocia con un mayor riesgo de muerte.

 

¿Al contraer COVID-19 y padecer de enfermedad renal, se corren mayores riesgos?

 

Si bien la enfermedad renal no pone a los pacientes en mayor riesgo de contraer el COVID-19, sí pone a los pacientes en riesgo de resultados más severos, como la posibilidad de que ocurra una disminución de la función renal que tenía previamente, durante la infección activa. Una de los mecanismos propuestos que explican este mayor riesgo de complicaciones radica en que tienen un sistema inmunológico debilitado (conocido como inmunosuprimidos). Además, deberíamos hacer algunas aclaraciones respecto si: el paciente tiene solo enfermedad renal crónica, si presenta dicho diagnóstico pero en etapa más avanzada en tratamiento de sustitución (Dialisis) o si se produce en un paciente que ha sido receptor de Trasplante renal, siendo en este último caso de mayor gravedad debido a que estos pacientes ya reciben tratamiento inmunosupresor.

 

 

¿Qué debemos tener en cuenta en la infección por COVID-19?

 

            En el caso de padecer infección por COVID-19 deberíamos prestar atención a la disminución del ritmo de diuresis (orinar menos), la aparición de edemas en miembros inferiores, en rostro o zona de la espalda baja, orinar con espuma o la aparición de sangre en orina. En general sabemos del seguimiento estrecho que se le hace a estos pacientes, por lo cual el medico a cargo de dicha estrategia de control será el indicado de recabar dicha información mediante el interrogatorio o en su defecto el paciente debería prestar atención de los signos y síntomas descriptos y referirlos para tomar la mejor decisión. Dentro de los exámenes de laboratorio son incluidos en general datos de función renal y exámenes de orina que aportaran lo necesario para el diagnóstico precoz del posible daño renal.

 

¿Hay opciones de tratamiento para pacientes con el COVID-19 con lesión renal?

 

Las opciones de tratamiento actuales para los pacientes con el COVID-19 no tratan específicamente la lesión renal, especialmente al principio. En los centros de internación estarán atentos a la detección y corrección de todos los factores precipitantes probables, a fin de corregirlos y evitar un daño mayor. Si se produce un daño mayor como el descripto en pacientes graves en UTI, las terapias de reemplazo renal serán las mejores indicadas para ayudar a nuestro paciente a resolver dicho problema. No podemos dejar pasar que la necesidad de requerir diálisis en un paciente con COVID-19 agrava enormemente el pronóstico de la enfermedad. La dexametasona (un esteroide) para prevenir la respuesta inmunológica hiperactiva que puede desencadenar el COVID-19 es usada en el tratamiento de la afectación pulmonar es seguro en pacientes con enfermedades renales.

 

 

¿Cuáles pueden ser los efectos a largo plazo del COVID-19 en los riñones?

 

Es una excelente pregunta que aún no puede ser respondida con seguridad absoluta. A muchos nefrólogos nos preocupa que pueda haber efectos a largo plazo en la función renal, que algunas personas con enfermedades renales crónicas puedan experimentar un gran retroceso y que otros que no tenían anteriormente enfermedades renales crónicas puedan desarrollarlas. Los efectos a largo plazo del COVID-19 en los riñones son todavía desconocidos. En la Argentina existe en la actualidad un gran registro nacional de seguimiento de pacientes que desarrollan el COVID-19, diseñado para estudiar el pronóstico y podremos en algún momento sacar conclusiones.

 

Consideraciones finales:

 

            Los pacientes con enfermedad renal previa tienen mayor riesgo de complicaciones, aunque de no tenerla previamente, no nos disminuye la posibilidad de tener una lesión renal aguda por COVID-19. La estrategia de vacunación sigue siendo la más apropiada, de hecho, la población renal y trasplantados fueron incluidas en la primera línea de indicación de vacunación.

*Dr. Gustavo Lavenia

Médico especialista en Nefrología y medio interno

Miembro titular de la Sociedad Argentina de Hipertensión arterial

Director médico de NEFROSUR Terapias renales de la ciudad de Rosario

Medico titular de NEFRON (hipertensión arterial y Nefrología) de la ciudad de Rosario