La inflamación tipo 2, responsable de originar más de la mitad de los casos de asma, es una una variante que engloba a otros tipos de la citada
enfermedad que comparten el proceso inflamatorio subyacente que desencadena las manifestaciones respiratorias.

El doctor Pablo Moreno, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) explicó acerca de la inflamación tipo 2: "Con las nuevas tecnologías se ha visto que existen numerosas variedades de
células que están inmiscuidas en el diagnóstico del asma".

"Hay un predominio de células t2 en estas enfermedades, esto significa que determinadas células específicas van a dar esta inflamación", reveló, a la vez que comentó que "el asma es una enfermedad crónica que se basa en una bronco obstrucción que determina una dificultad para entrada y salida del aire y va a afectar mucho la calidad de vida de los pacientes".

En ese sentido, Moreno añadió que la citada enfermedad "se puede medir por espirometría, pero los pacientes manifiestan generalmente la falta de aire y otro de los síntomas es la presencia de tos".

"Afecta a todas las edades, pero es más frecuente que aparezca en la niñez y adolescencia, esto es entre un 12 y un 16 por ciento. En los adultos también aparece el asma y la prevalencia es del 6 por ciento, también puede aparecer el adultos mayores, pero en los niños es más común", indicó.

El doctor Moreno manifestó además que "el asma grave es cuando no se logra un control adecuado del asma mediante el tratamiento con altas dosis de corticoides o con los controladores adicionales y los corticoides inhalados".

En cuanto al tratamiento: "No todos los asmas son iguales. Una vez que uno llega al conocimiento preciso a través del uso de biomarcadores puede fenotipificar el asma y decir cuáles son los actores que han producido ese asma severa, yo prefiero decir un asma grave. Se puede decir que los medicamentos biológicos tienen la ventaja de producir una mejoría muy importante en la calidad de vida".

"Controlar el asma es mucho más que reducir las exacerbaciones. Significa además mejorar la función pulmonar, que medimos a través de la espirometría. En un estudio a largo plazo, se vio que el descenso de esa capacidad fue significativamente mayor en los pacientes con exacerbaciones frecuentes y asma moderada a severa", dijo Moreno.