En un comunicado de prensa, esa asociación que reúne a pacientes y familiares de cáncer renal, afirmó que “las restricciones a la movilidad, el miedo al contagio por Covid-19 y un ambiente de incertidumbre a nivel sanitario hicieron que la gente demorara la visita al médico y la realización de los estudios y los tratamientos; los especialistas estiman que a nivel global se redujo cerca de un 30% el diagnóstico de cáncer de riñón en 2020”.

Esta organización recomendó que “pese a que generalmente se detecta en estudios por otros motivos, aquellas personas con antecedentes familiares de esta enfermedad deben consultar con su médico y realizarse controles periódicos”.

Ser hombre, tener más de 60 años, estar en tratamiento de diálisis o ser afrodescendiente, son factores de riesgo para desarrollar cáncer renal; también el tabaquismo, el exceso de peso y la hipertensión arterial, explicaron.

En Argentina se diagnostican unos 5 mil casos por año, lo que lo ubica en el país en el quinto lugar detrás de los tumores de mama, colon, próstata y pulmón.

Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Riñón, que se conmemora mañana, el jefe de Oncología Clínica del Instituto Alexander Fleming, Matías Chacón, señaló que “en aproximadamente el 60% de los casos, el cáncer renal se detecta incidentalmente, mediante estudios que se realizan para otras condiciones, como por ejemplo ecografías abdominales o exámenes de orina de rutina en los que se refleja la presencia de un número elevado de glóbulos rojos”.

“Ello nos permite en muchos casos detectar el cáncer en forma temprana, aunque sea en forma accidental; sin embargo, este tipo de estudios de rutina también sufrieron importantes interrupciones a causa de la pandemia: por ejemplo, a nivel mundial se observó una reducción del 50% en la realización de estudios por imágenes. Todo esto contribuyó a una disminución en la detección temprana de los casos”, insistió Chacón.

Aquellos tumores renales que, por distintos motivos, no son diagnosticados en estadios iniciales se suelen sospechar luego, a partir de síntomas como la presencia visible de sangre en orina, dolor, fiebre, pérdida de peso, anemia o la auto-palpación de algún bulto; síntomas que no se observan en estadios iniciales.

Con relación al acceso a los tratamientos , Claudia Miranda, paciente con cáncer renal y presidenta de Vicare, sostuvo que siempre fue conflictivo y que la situación general se ve agravada por la pandemia. “El acceso a los tratamientos en Argentina es muy complicado. Cuando finalmente resolvemos el tema burocrático, muchas veces la medicación está en falta o ya no sirve porque la enfermedad avanzó y se necesita otro tipo de tratamiento”, añadió.

Para su abordaje, las estrategias terapéuticas son la cirugía -cuando el tumor se encuentra en etapas iniciales- el único tratamiento de carácter curativo, terapias dirigidas -mayoritariamente de administración oral-, la inmunoterapia o la combinación de ambas.

Estas modernas alternativas terapéuticas han demostrado prolongar la sobrevida y mejorar la calidad de vida de los pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad.

Si bien no existe una forma clara de prevención, como en tantas otras enfermedades, contribuye a disminuir el riesgo de aparición mantener conductas saludables como no fumar, controlar la presión arterial, mantener un peso saludable y una alimentación sana y balanceada.

También recomiendan evitar el sedentarismo, consumir abundantes líquidos y visitar periódicamente al médico clínico.