Historias de padres e hijos en la política hay muchas. Tantas como la de médicos, empresarios, obreros, artistas, músicos y periodistas, entre otros. Un tanto particular suelen ser las relaciones entre padres e hijas y ese vínculo que construyen por lo que atraviesa la vida misma y sus pasiones. Ahí se cuela la política y esa mística no tiene preferencia de colores partidarios. Más allá de que el tiempo pase y la figura paterna ya esté entre nosotros. Así es la historia de los Rodenas como la de los León, unos peronistas y otros radicales.

Política y fútbol 

La hoy vicegobernadora Alejandra Rodenas es la hija más chica de Osvaldo Tito Rodenas, histórico dirigente justicialista y del club Rosario Central. La ex jueza es la más chica de otros tres hermanos con una diferencia de diez años con el menor. Eso hizo que lo acompañara a su padre durante muchos años de niña a actos, reuniones y mitines partidarios, en su casa de barrio Echesortu o en unidades básicas, en encuentros abiertos o clandestinos, rodeada de viejos peronistas donde se discutía fuerte en la convulsionada década del 70.

Alejandra de pequeña, junto a su papá Don Tito Rodenas

“Siempre estaba en los lugares donde tenía que estar”, recuerda Alejandra con nostalgia aquellos tiempos donde su madre se negaba a que sus hijos se metieran en política y que la benjamina se rodeara de aquellos señores que fumaban y debatían sobre política. De ese pasado la hoy vicegobernadora cree que ha sacado la pasión por la política, que la llevó desde los Tribunales y la universidad a las legislaturas y las campañas.

Don Tito Rodenas fue diputado provincial durante el primer gobierno peronista, luego fue detenido, participó de la resistencia justicialista y con el regreso de Perón creo el Banco Santafesino de Inversión y Desarrollo y fue miembro del directorio de Ferrocarriles hasta el golpe militar. Además de tener activa participación en la vida institucional del club de Arroyito.

Los Rodenas están directamente vinculados a la política y el fútbol. Los fines de semana eran de reuniones y de ir a la cancha. Típica familia de clase media, de barrio, donde los hijos fueron a los mejores colegios y a un club social para vincularlos con el deporte. Sin embargo, la abogada de la familia recuerda que ese bienestar está tamizado por las visitas a los lugares más humildes de la ciudad y el contacto con los más necesitados.

La foto que eligió Alejandra para recordar a su padre fue una en la que posó junto a Tito en la Estación Norte junto a dirigentes de Central como Vesco, Diñero y Jou, entre otros, una noche a principios de los 70 cuando volvían de Buenos Aires. Una imagen que es el fiel reflejo del vínculo con su papá al que tiene siempre presente en sus conversaciones.

Unidos por la pasión alfonsinista

Daniela León es la hija de Juan Carlos, el ex decano normalizador y posterior decano electo de la facultad de Ciencias Bioquímicas de la UNR. León (p) fue uno de los más comprometidos dirigentes universitarios tras el regreso de la democracia. De aquellos bravos días de los 80 la hoy concejala radical rescata la impronta de su papá y se le vuelve presente ante cada recuerdo.

Juan Carlos comenzó como militante radical en Córdoba donde participaba de las asambleas de Don Amadeo Sabbattini durante la dictadura militar y llegó a dormir a escondidas en los contenedores dentro de la facultad. Después recaló en Venado Tuerto hasta que se fue a trabajar de bioquímico a Villa Cañas y los pueblos de alrededor. Con su Torino salía a las 5 de la mañana a recolectar muestras de sangre por el campo y la paga eran chanchos, huevos y gallinas. Fue un furioso alfonsinista que participó del retorno de la democracia y luego se vino a vivir a Rosario. Su tarea de normalizar la facultad no fue fácil, rodeado de amenazas y resistencias dentro y fuera de los claustros.

Daniela cuenta que esa pasión por la política viene de chica cuando acompañaba a su padre a las tareas de voluntariado “del otro lado de la vía” en el pueblo donde preparaban los chicos para la escuela y llevaban remedios que juntaba en el consultorio. Lo siguió al padre a la gran ciudad ni bien terminó el secundario y empezó su carrera que hoy la tiene como la edila con más años en el recinto del Concejo, donde durante mucho tiempo fue su presidenta.

De tantos recuerdos y anécdotas, la concejala elige el acto de cierre de campaña de Alfonsín en el 83 en el Monumento a la Bandera al que vino con la boina blanca y la bandera de la UCR. También el día que su padre le dio un sobre cerrado con una dirección a la que debía ir si a él le pasaba algo durante una de las tantas asonadas carapintadas que jaquearon aquel gobierno radical.

Hay una frase de Arturo Illia que León (p) siempre decía: “Ante la crisis, lo correcto”. Y se refería a la vocación permanente de algunos sectores que enfrentaban a su padre en plena normalización, obstaculizándole la gestión, y aun así él iba a hacer lo que correspondía, lo correcto, sin doblegarse.

En la biblioteca que la concejala tiene en su casa hay varios tomos de la historia del radicalismo de Gabriel del Mazo y en uno de ellos hay una dedicatoria de puño y letra de Juan Carlos que dice: “Dani, ser radical es un estilo de vida. Si está imbuido de su pensamiento doctrinario, verás que se nace, vive y muere radical. Con el cariño y amor que te profesa tu padre”.